Según información de prensa, el esperado vuelo del IA-100, que sería el primer avión diseñado y construido por la Fábrica Argentina de Aviones (FAdeA) en más de 20 años, se concretó ayer, 9 de agosto, como parte de las pruebas de un programa que aspira a comprobar que la empresa estatal es capaz de abordar todo el proceso productivo de una aeronave construida con tecnologías de última generación.
El vuelo es parte de los protocolos que debe cumplir todo desarrollo aeronáutico en proceso de verificación que aspire, además, a la certificación por parte de la autoridad aeronáutica.
El primer vuelo del IA100, que estuvo al mando del piloto civil Pablo Reynoso, despegó de la pista de FAdeA en Córdoba y se prolongó por 58 minutos, a una altura máxima de cinco mil pies.
El proyecto del IA100, lleva unos 18 meses de desarrollo y sirve de base para el diseño de un avión moderno que permita cubrir las necesidades de entrenamiento elemental tanto de las fuerzas armadas como de la aviación civil.
El presidente de Fadea, Ercole Felippa, señaló que es el primer avión que realiza un vuelo después del Pampa y destacó que la prueba fue exitosa y abre buenas perspectivas para ese proyecto.
“Los resultados superaron cualquier expectativa, programas como este se suelen desarrollar en 24 meses y este requirió sólo 18; se convirtió en un hito industrial para nosotros por ser el primer diseño totalmente en material compuesto y además integró a un grupo de proveedores nacionales cumpliendo con todos los tiempos de entrega previstos”, habrían destacado desde la empresa estatal.
En el desarrollo de este proyecto participaron más de 90 ingenieros y técnicos de once PyMEs argentinas de base tecnológica asentadas en las provincias de Córdoba, Mendoza, Santa Fe, Buenos Aires y la capital.
El avión, proyectado en cuatro fases de desarrollo, proveerá la solución comercial a la demanda nacional de entrenamiento civil y militar.
La primera fase del proyecto es este demostrador tecnológico, cuyo prototipo está en plena fase de fabricación; un monomotor biplaza lado a lado y de ala baja, con capacidad de vuelo por instrumentos (IFR), electrónica digital y tren de aterrizaje fijo. La segunda fase es el desarrollo de un entrenador civil con certificación FAR 23, utilitario con aviónica simplificada y tren de aterrizaje fijo, mientras que la tercera etapa está prevista como un entrenador militar con certificación FAR23 acrobático y tren de aterrizaje retráctil. La cuarta fase consiste en el desarrollo de un avión de enlace civil y militar con certificación FAR 23 utilitario, cuatriplaza, con un motor de mayor potencia y ambas alternativas tanto de aviónica como de tren de aterrizaje.
El gran desafío para la FAdeA será la comercialización a un precio rentable que permita la sustentabilidad del proyecto. Todo parece indicar que el avión será una competencia para el Petrel, otro avión de industria nacional que se desarrolló a riesgo privado.
Los comentarios están cerrados, pero trackbacks Y pingbacks están abiertos.