¿Qué dice Francisco “Paco” Durañona?
El intendente de San Antonio de Areco es muy creativo a la hora de presentar argumentos para justificar sus vidriosos planes respecto del aeródromo de San Antonio de Areco.
Dice que el aeródromo de Capitán Sarmiento recibiría al aeroclub de San Antonio de Areco, que está mejor equipado ya que tiene una pista de asfalto y balizamiento; que el VOR no se tocaría, que antes de tomar la decisión de crear un parque industrial allí la municipalidad convocó a una Audiencia Pública, etc.
Son todos argumentos tan interesantes como difíciles de comprobar que, además, dejan al descubierto contradicciones.
En primer lugar, ¿está el gobierno municipal de Capitán Sarmiento de acuerdo con los planes de Durañona? ¿El aeroclub de esa localidad compartiría esa decisión? ¿Es razonable que los socios del aeroclub, las empresas y demás usuarios que allí operan deban recorrer unos 50 km para volar sus aeronaves y que lo mismo deban hacer los que deseen aterrizar circunstancialmente cerca de San Antonio de Areco?
Luego: ¿Cómo fue que se convocó a la Audiencia Pública en la que se habría “decidido” la suerte del aeródromo local?
Una audiencia puede convocarse con artimañas y tal parece que Durañona tiene experiencia en la materia, podemos inferir eso por la forma en que el funcionario respetó el Decreto en el que el Gobernador Daniel Scioli donó parte del predio a condición de no afectar la operación del aeródromo. Recordemos que el intendente tomó el predio por asalto y cerró la operación que allí se desarrollaba.
Las dudas se multiplican al analizar las declaraciones del funcionario al periodista Germán Mónaco, de América TV, por ejemplo, cuando se refiere al corte de la pista: “… no son palas mecánicas sino máquinas que están removiendo los suelos para la construcción del parque industrial …”. ¿No resulta extraño que haya removido el suelo en un zona acotada que comprende el ancho de la pista y se ubica en medio de ella? Cualquier observador, sin necesidad de ser piloto o experto en aviación, podría afirmar que lo único que removió el intendente es la voluntad del gobernador por mantener el aeródromo operativo.
Al conversar en San Antonio de Areco con algunos vecinos, la suspicacia aumenta y es posible ensayar hipótesis sobre las razones que el intendente podría tener para sacar al aeródromo del lugar en que se encuentra. Por ejemplo, que las empresas que están interesadas en instalarse en San Antonio de Areco ya habrían acordado las condiciones con el Ejecutivo local. Si así fuera, es posible atar “los cabos sueltos” que llevaron a la prepotente forma de proceder de Durañona, cuando dio la orden de hacer la zanja, lo cual mostraría a los eventuales interesados que la “voluntad política” del gobernante es muy firme y sería una manera de aliviar tensiones ante los compromisos asumidos con fecha cierta.
Hay demasiados elementos oscuros en la forma de proceder del Ejecutivo municipal, pero aún dejando de lado toda versión no comprobada para circunscribirnos sólo a los hechos objetivos, el recordar la secuencia en que los mismos sucedieron sólo dan lugar a la sospecha: Primero vino la presión sobre el aeroclub, luego los robos de equipos a los aviones (algo que está es un patrón en el cierre de aeródromos) y unos meses después el prepotente corte de la pista. Demasiadas coincidencias para sumarle crédito al magistrado de San Antonio de Areco.
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