El 7 de junio de 1980 un avión Boeing 747-200, matrícula LV-MLR, realizó por primera vez un vuelo transpolar (transantártico) comercial. La aeronave, perteneciente a Aerolíneas Argentinas, voló desde Ezeiza a Río Gallegos, para cruzar el Polo Sur y alcanzar Auckland, en Nueva Zelandia.
A ese hito le siguió, el 2 de diciembre de 1980, un vuelo sin escalas entre Melbourne, Australia y Ezeiza, para inaugurar esa ruta que fue todo un símbolo de la aviación comercial argentina.
El año pasado, más precisamente el 1º de abril de 2014, se realizó el último vuelo transpolar de Aerolíneas Argentinas, que cerró un ciclo de 34 años continuos de vuelos entre América Latina y Oceanía por razones de rentabilidad.
El pasado 26 de noviembre, Loftleider Icelandic Airlines aterrizó, por primera vez con un vuelo regular, en el Glaciar Unión de la Antártida, con un Boeing 757-200, que había partido de la austral Punta Arenas, Chile, con unos 50 pasajeros, en vuelo regular.
¿Qué relación tienen los vuelos entre sí? Se podría decir que mucha, puesto que el vuelo del primer jet comercial a la Antártida, tuvo como finalidad el de convertir a Lofteleider Icelandic Airlines en la primera aerolínea que llega a los 7 continentes y establece la posibilidad de que futuros vuelos turísticos, que bien podrían terminar siendo transpolares vía esta alternativa de aterrizaje, consoliden un excelente negocio en el Continente Blanco y a través de él.
Hasta ahora los vuelos a la Antártida estaban reservados para aviones militares o de abastecimiento de las bases de los distintos países que operan en la Antártida, pero tal parece que la paleta de posibilidades se está ampliando gracias a la existencia de un exótico mercado de viajeros que desean recorrer la zona, especialmente el Monte Vinson, el pico más alto de la región, y/o visitar las colonias de los singulares pingüinos Emperador, lo cual confirma el potencial comercial de todo el “paquete” del Polo Sur.
La aeronave que aterrizó, fue un Boeing 757, no es la primera en su tipo que toca suelo antártico, ya que antes lo había realizado un modelo similar de la Real Fuerza Aérea de Nueva Zelandia, sin embargo, la importancia del aterrizaje del 26 de enero fue su característica comercial, aunque, es bueno aclararlo, el pasaje de ese vuelo se habría compuesto de personal de la propia aerolínea e invitados muy especiales.
La información indica que la aeronave se posó en una pista privada de hielo azul que se cristaliza. Previamente, la pista se utilizó para las aeronaves militares que transportan provisiones para las bases.
El Union Glacier Campo (Campamento Glacier Unión) es un aeródromo privado que fue construido en un campo de hielo azul que son lugares de la Antártica en donde no hay acumulación de nieve, por lo que la superficie está muy consolidada. El lugar se encuentra ubicado cerca de la cordillera Heritage, en las montañas Ellsworth. Su denominación es “Union Glacier Blue-Ice Runway SCGC” y su localización precisa es 79°46′40″S 83°19′15″O.
Desde el Glaciar Unión, la empresa realiza vuelos al Polo Sur, monte Vinson, la Base Belgrano III, y otras localizaciones utilizando aviones con esquíes Twin Otter y Basler BT-67.
Durante los meses de noviembre a enero, cuando las condiciones climáticas no son tan hostiles, se realiza un puente aéreo con Punta Arenas, en Chile, con un tiempo de vuelo de alrededor de 4:30 horas. La pista fue certificada por la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) de Chile en diciembre de 2008.
El aterrizaje fue el colofón de un largo trabajo de siete meses entre la compañía Antártica Logística y Expediciones (operadora privada del lugar), la línea aérea y NAS Corporation Limited.
Cualquiera de los que conocen las facilidades que tiene la aviación argentina y su dinámica burocrática podrá deducir por qué todo este proyecto tiene por epicentro a Chile en vez de nuestro país.
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