Para la NTSB (National Transport and Safety Board) de los Estados Unidos, los aviones y helicópteros no tripulados conocidos como “drones”, están regulados por las mismas normas dispuestas y aplicadas por la FAA (Federal Aviation Administration), por lo cual quienes operan esas aeronaves son responsables de cumplir ellas. El dictamen supone un revés para los operadores de drones que hasta ahora actuaban en una suerte de “limbo” jurídico.
En 2011 la FAA multó con 10.000 dólares a Raphael Pirker, un fotógrafo aéreo que operó un dron sobre el campus de la Universidad de Virginia. El fotógrafo había utilizado una aeronave de 3 kg. a muy baja altura molestando a personas con un vuelo riesgoso en el que procuraba hacer tomas de la escuela. Cuando la multa fue aplicada, Pirker la apeló bajo el argumento de que su equipo es similar a un avión de radiocontrol por lo que no estaba regulado por las normas que se aplican en la aviación. En principio un juez en la instancia administrativa de la NTSB le dio la razón, pero la FAA apeló la decisión y una junta de seguridad de cuatro miembros señaló que «una aeronave es cualquier dispositivo utilizado para volar por el aire. Esta definición incluye cualquier aeronave, tripulada o no tripulada, grande o pequeña». Luego del dictamen el caso volvió al juez administrativo para que decida si el drone de Pirker fue operado imprudentemente y la multa debía ser abonada.
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