El pasado sábado por la tarde, el aeródromo Presidente Rivadavia (Morón), fue cerrado por la irrupción de niños con bicicletas en la pista del aeródromo. Ante la posibilidad de un accidente, la autoridad aeronáutica se vio obligada a tomar esa decisión. Todo indica la impotencia en controlar el acceso de personas al predio del aeródromo. No es la primera vez que sucede.
La situación fue grave y las aeronaves que estaban en vuelo tuvieron que aterrizar en el aeródromo de la I Brigada Aérea de El Palomar, donde tuvieron que dejar sus aviones con todos riesgos y contratiempos que eso significa.
Debe haber un responsable institucional por la falta de seguridad del aeródromo que es civil por derecho histórico, pero que ahora se encuentra bajo una rara figura de control militar, con áreas en las que la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) tiene jurisdicción. El encontrar un responsable no se dirige a una persona sino a conocer qué es lo que falló el pasado sábado.
Esto no debe volver a ocurrir.
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