El vuelo 448 de Alaska Airlines que había despegado de Seattle a Los Ángeles, tuvo que regresar minutos después del despegue porque en la cockpit se escuchaban golpes que se supusieron provenían de la bodega. Aterrizado el avión de regreso en Seattle, se comprobó que un operario de rampa había quedado atrapado en la bodega de carga frontal que tiene presión y temperatura controlada. La aeronave sería un B737-900
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