El pasado viernes 18 de junio voló con éxito el más grade de los integrantes de la familia MAX, el primer Boeing 737-10.
El avión partió del Renton Field, en Renton, estado de Washington, a las 10:07 de la mañana (hora local), y aterrizó 2 horas y 31 minutos más tarde en el Boeing Field, en la ciudad de Seattle del mismo estado.
El vuelo estuvo comandado por la piloto Jennifer Henderson, quien aseguró que “El desempeño de la aeronave fue extraordinario”. Henderson dijo que el propósito de vuelo fue probar los sistemas y la maniobrabilidad de la aeronave.
Con este primer testeo en vuelo se inició un amplio programa de pruebas para el 737 MAX 10, la aeronave más grande de la familia MAX.
Por el historial de los Boeing 737 MAX y la sensibilidad despertada por la versión más moderna de los 737, el proceso de certificación es seguido muy de cerca por los medios y, por supuesto, por una Federal Aviation Administration (FAA) que también debe mostrar una férrea rigurosidad. Se prevé que la entrada en servicio de este avión sea en algún momento de 2023.
“El 737-10 constituye una parte importante de los planes de flota de nuestros clientes, proporcionándoles más capacidad, mayor eficiencia de combustible, y la mejor relación por asiento desde el punto de vista económico de cualquier aeronave con pasillo único”, dijo Stan Deal, Presidente y CEO de Boeing Commercial Airplanes.
El 737-10 fue diseñado para transportar 230 pasajeros. También incorpora mejoras medioambientales, conforme a la prevalencia de la corriente de cambio climático dominante, que se traducirán en una reducción de CO2 del 14%. También, gracias a las nuevas tecnologías en motores, el ruido será un 50% del que producía un B737 Next-Generation.
