Hechos y revelaciones
El Consejo Directivo Provincial Córdoba de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE), presentó a la Lic. Paola Tamburelli un nuevo reclamo para que la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) provea a los departamentos de Aviación General y Certificación Aeronáutica, de la Dirección de Aeronavegabilidad, la normativa de la American Society of Testing and Materials (ASTM). El requerimiento se efectúa a través de representantes gremiales luego de agotarse otras instancias administrativas. La razón de la insistencia sería que los propios agentes de la ANAC desconocerían las pautas que deberían considerar al ejercer la misión de control encomendada por la propia autoridad aeronáutica.
Según el texto de la nota, ATE “entiende que el acceso a la mencionada normativa ASTM constituye una herramienta esencial para el normal desempeño de las funciones de control de las áreas mencionadas de la Dirección de Aeronavegabilidad y que la no provisión de tal normativa constituye una falta grave a los deberes de esta autoridad de control.” Suena grave.
Para comprender el problema habría que recordar que en la negociación entre Federal Aviation Administration (FAA) y la Experimental Aircraft Association (EAA) se estableció el denominado “Consensus Standard” que dio origen a la categoría Light Sport Aircraft (LSA) que aquí se conoce como Aeronaves Deportivas Livianas (ADL). El Consensus consiste básicamente en ajustar el diseño, fabricación y mantenimiento de aeronaves a las normas que a tal efecto emita la ASTM (American Society of Testing Materials). En 2012 la Argentina adhirió al “Consensus Standard” mediante la Resolución 969/2012, lo que derivó en una interesante modernización de parte del vetusto parque de aeronaves existente, especialmente en el postergado segmento de la formación de pilotos.
Lo que se deduce de la nota de ATE es que la ANAC no debe poseer los manuales con la normativa a aplicar y que tal situación es una lógica limitación para ejercer su autoridad.
De alguna manera, la presentación deja expuestas las entretelas en el mismísimo seno de la ANAC, ya que por un lado la autoridad no presta atención a sus responsabilidades básicas y, por el otro, sus dependencias reaccionan con una parsimonia de 9 años, si se tiene en cuenta la aprobación de la categoría ADL.
En todo caso es otra muestra de la desarticulación de una ANAC que sólo funciona por heroicas voluntades individuales y no por una gobernanza eficaz.
Autoelogios
Lo que sucede contrasta con la difusión de supuestos logros y autoelogios que hace la ANAC en las redes. Veamos un ejemplo en un hilo de tweets de lo que expresa –y tal vez piense– la administradora sobre lo mucho y bueno realizado por el organismo: “(Ha sido un …) arduo trabajo realizado en el contexto de pandemia mundial (SIC) Gracias al esfuerzo de todos los integrantes que hoy estamos acá pudimos en este año y medio sostener el sistema aeronáutico (…) Aportamos desde cada área, para mantener operaciones básicas sanitarias, de transporte de carga, transporte de órganos de @INCUCAI, en un sistema tensionado como nunca antes (…) Todos unidos; mantuvimos y mejoramos el sistema desde la infraestructura, los procedimientos y la integración institucional para gestionar esta situación inédita de forma inmediata (…) Hoy las previsiones son más optimistas a nivel mundial y para un restablecimiento óptimo se requiere un enfoque coordinado, basado en riesgo, que de eficiencia a los procesos (SIC) como el de gestión de documentos de viaje, despacho de aeronaves, de pasajeros, de tripulaciones, de equipaje y de carga (…) Nuestra tarea es compleja; pero quienes estamos acá nos sentimos comprometidos a brindar todo el apoyo desde su sector para recuperar la conectividad (…) Gracias nuevamente por estar a disposición para hacerlo y sin duda la reactivación de esta Comisión dará resultados fructíferos y valiosos para todos nosotros …”.
En realidad nada sorprende a quienes dependen de la ANAC para sobrevivir, pues todo lo expuesto en Twitter por la oficina de Prensa del organismo, es coherente con la visión de Tamburelli sobre la Aviación Civil. Además, todo ese palabrerío difundido de a 180 caracteres por tweet, fue vertido en el marco de una reunión de la “Comisión Interministerial de Facilitación del Transporte Aéreo” en la cual la “cabeza” de la ANAC agradeció a diestra y siniestra a Aerolíneas Argentinas, Aeropuertos Argentina 2000, la Aduana, la Dirección Nacional de Migraciones, EANA, Intercargo, Interpol, ORSNA, la Policía de Seguridad Aeroportuaria, Sanidad de Fronteras, el Servicio Meteorológico Nacional y la Terminal de Cargas Argentina. Pero hay un lapsus revelador de las prioridades que tiene la licenciada, ya que demuestran, al no hacer la mínima mención del resto de las áreas bajo su control, que a las inciertas positividades que se atribuye en las áreas mencionadas en los tweets, no se le podría añadir el severo maltrato a aerolíneas privadas y el ninguneo a la agonizante aviación general.
Así están las cosas.
Se verá.
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En busca del tiempo perdido (ANAC II)
“A veces estamos demasiado dispuestos a creer que el presente es el único estado posible de las cosas.”, dijo Marcel Proust, sin resignarse a validar la frase.
El tiempo que se está perdiendo en la Argentina tiene la dimensión de una tragedia, y no es el virus el problema, como está evidenciándose en las comparaciones nación contra nación.
A los tweets de ANAC que se reproducen más arriba alguien retuiteó con angustia: “Y cuándo comienza a trabajar el Registro de Aeronaves …”.
La dramática situación que AEROMARKET viene exponiendo y ahora DENUNCIA, es atribuible a la peligrosa alquimia de mediocridad y desidia que expone el organismo de la cabeza a los pies, salvo honrosas excepciones.
Tal vez sirva el ejemplo de Brasil, que a pesar de sus muchos problemas, no deja de avanzar hacia el futuro. He aquí un ejemplo:
Esta misma semana EMBRAER anunció que el Estado, las empresas privadas y organizaciones del tercer sector trabajarán hombro con hombro en la futura movilidad aérea urbana (ver nota en AEROMARKET) . Es decir, que mientras allí se piensa en lo que viene, aquí se ventilan asuntos internos como la faltante de manuales ASTM. ¡Vaya visión liliputiense! Si eso no produce una comezón en el orgullo del servidor público nada lo hará. ¡DESPIERTEN!
También fue Proust quien dijo: “Un hombre –o una mujer como es el caso– honesto debe obtener la estima pública sin haberlo previsto, y por así decirlo, a pesar suyo. Quien se dedica a buscarla revela su estatura.” ¿Una verdades incómodas?
Se verá.
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Licencias políticas y otros abusos
La maestra le había recomendado al niño que leyera todo lo que pudiera, inclusive los carteles en la vía pública y que de ser posible lo hiciera en voz alta. En una oportunidad el niño, obediente al consejo docente, acompañaba a su padre en viaje por la Ruta 2 leyendo las publicidades y todo lo que alcanzaran a registrar sus escudriñadores ojos. “Sapolán Ferrini: piel sin manchas”, leyó el chico. Su padre lo escuchaba y, de tanto en tanto, explicaba al jovencito el significado de alguna palabra o corregía una expresión mal leída. “Viaje a Mar del Plata sin valijas, Tienda Los Gallegos tiene de todo”, siguió el muchachito. En una de esas leyó en el paragolpes de un camión lo siguiente: “Dios te dé el doble de lo que me deseas”. Al rato leyó en un desvencijado transporte: “¡A garch … que se acaba el mundo!”. El padre, que estaba atento al tránsito, se exaltó, mientras el niño, curioso, lanzaba una pregunta que él rápidamente interrumpió para decir: “Hijo, no siempre es conveniente leer todo en voz alta”. Acto seguido ensayó una respuesta y aprovechó la oportunidad para una breve alocución sobre el buen gusto.
La simpática historia viene a cuento por las licencias y abusos que parece otorgar la campaña política en estos días tan famélicos de ideas como hinchados de groserías que jamás se hubiera sospechado saldrían de la boca de una candidate a Diputades.
El caso de la grosería no es muy dañino, pero hay abusos o “cartas blancas” que sí lo son, por ejemplo las que otorgaron posiciones dominantes o monopólicas. Sino ¿cómo explicar que en la renegociación de un contrato aeroportuario se exija a un permisionario millones de dólares al contado, se duplique el precio del metro cuadrado y se aumenten las gabelas o servidumbres (cómo llamarlas) sobre los trabajadores en un 150% sin que casi se pueda negociar? Ambas actitudes son sin dudas derrames de abusos e impunidades de arriba hacia abajo. Ojo, que estas cosas crecen en los electores y muchos quieren salirse del sistema.
Es difícil desentrañar conductas en tiempos de achique, pandemia y desgracias. ¿Cuál puede ser la razón que mueve a una candidate al mal gusto o a un concesionario con coto de caza asignado, a espantar clientes, destruir fuentes laborales y pulverizar negocios. ¿Será que hay “sobrecostos” ocultos (u costos ocultos en sobres) derivados de la rápida extensión de la concesión?
Habrá que seguir de cerca estos movimientos que hoy por hoy angustian a más de una empresa y sus dependientes en el principal aeropuerto ejecutivo del país. Es curioso, mientras los derechos y alquileres aumenta la infraestructura aeroportuaria se deteriora y los servicios son paupérrimos tal como se ha visto en estos últimos tiempos.
Mientras sucede todo esto siguen asomando “hijos y entenados” como el que opera en Baires pero tiene dirección fiscal en un sureño territorio franco. Además están los no habilitados de siempre que despegan y aterrizan en las sombras. Parece que la autoridad está atentamente distraída . Oxímoron válido.
Se verá.
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Hasta aquí ALGO de lo que pasó en los últimos días, es demasiado para una semana.
¡Hasta la próxima! Ojalá haya buenas noticias.
El 5 de noviembre se celebra “EL DIA DE LA AVIACIÓN CIVIL”, después de consultar a varios conocidos e instituciones sobre que hacer ese día, la respuesta fue unánime “UN MINUTO DE SILENCIO”