Alguien dijo una vez que noticia es “que un hombre muerda a un perro y no que un perro muerda a un hombre”, es lógico, la novedad es lo imprevisto, lo curioso, lo que sale de la normalidad. Tal vez algunos otros piensen que el periodismo se satisface en transmitir malas noticias, pero le aseguramos que no es así. El periodismo cabal busca informar, no es que se necesiten tragedias, con las novedades alcanzan y la mayor satisfacción es que las noticias se vinculen al progreso no al retroceso. En todo caso, como dijo el periodista Jorge Vago: “Nosotros le decimos al público en qué dirección salta el gato. El público se encargará entonces del gato”. Creemos en ese periodismo… aunque no nos arriesgamos a confirmar si “el público”, es decir, el ciudadano, hace algo con el gato.
El preámbulo viene a cuento de que no nos es grato, en plena Navidad, anunciar reciente información que nos llega a nuestra hoy despoblada mesa de trabajo.
Antes de ayer apareció publicado en el Boletín Oficial, una Resolución que prohíbe los vuelos VFR y VFR controlado desde y hacia Aeroparque. La medida respondería a presiones de Aerolíneas Argentinas que habría solicitado se cancelaran todos los vuelos de aviación general porque les generarían demoras y entorpecerían sus vuelos. La información de marras aparecería en el NOTAM del martes próximo. Así que, a los amigos que vuelen entre SADF y AER, entre otros, les decimos que después de Navidad habrá que ir con plan India.
Por otra parte, se ha escuchado que la Policía de Seguridad Aeronáutica que se había acostumbrado tanto al ocio en San Fernando –al punto de inventar obstáculos para entretenerse o relajarse tanto como para que los cacos se alcen con un buen botín de la planta de YPF en ese aeropuerto sin casi enterarse–, estaría molesta por la apertura de la Aduana y Migraciones en SADF y el esfuerzo que insume vigilar los vuelos internacionales, por eso, estaría buscando la manera de retrotraer al status de aeródromo a ese importante aeropuerto ejecutivo y baluarte de la aviación general.
Así están las cosas a horas de la Nochebuena.
Sin duda el autoritarismo en la Argentina no es una cuestión de uniforme. Aquel “enano fascista” que descubriera Oriana Fallaci en plena época del denominado Proceso, está intacto en un buen número de habitantes que pretenden imponernos a los demás sus pareceres y deseos. Una buena paradoja para quienes se la pasan hablando de democracia e inclusión.
Igual, tengan feliz Navidad. La esperanza está intacta.