Partió Frank Robinson, el hombre que popularizó el helicóptero

Falleció a los 92 años en su hogar de Rolling Hills, California. El recuerdo de Willie Tufró • Por Luis Alberto Franco

Frank Robinson junto a un R22, una de sus memorables creaciones.

«Frank Robinson, uno de los nombres más reconocibles en la industria de los helicópteros, fue un pionero, un hombre que no estaba motivado por recompensas ni elogios, sino por una visión que redefinió la industria y cambió para siempre la aviación general.

»Robinson será recordado por el diseño y la fabricación de los modelos de helicópteros R22, R44 y R66, helicópteros reconocidos por su simplicidad y confiabilidad.

»La fascinación de Robinson por los helicópteros comenzó en 1939, a los nueve años, cuando vio una fotografía de Igor Sikorsky sobrevolando su helicóptero VS-300, en el Seattle Post-Intelligencer (…).

»Obtuvo un título de ingeniería (Bachelor of Science in Mechanical Engineering BSME) de la Universidad de Washington, y el posgrado en ingeniería aeronáutica de la Universidad Estatal de Wichita. Su carrera comenzó a finales de los años 50 con Cessna y continuó durante los años 60 trabajando para muchas empresas aeroespaciales líderes, incluidas Bell and Hughes.

»En 1973, a la edad de cuarenta y tres años, incapaz de interesar a ninguno de sus empleadores con la idea de fabricar un helicóptero simple y personal, renunció a su trabajo en Hughes y fundó Robinson Helicopter Company en su casa de Palos Verdes, California. Seis años más tarde, desafiando a los críticos y superando enormes obstáculos, Robinson obtuvo la certificación de la FAA para su helicóptero R22 de dos plazas con motor de pistón. La compañía de helicópteros desconocida entregó su primer R22 de producción en octubre de 1979».

 

Lo que precede es una extracción de la biografía de Robinson que publicó la fábrica para anunciar su fallecimiento y rendir homenaje a su fundador.

En la Argentina la persona que más conoció a Frank Robinson fue Guillermo “Willie” Tufró, por eso ARMKT decidió conversar con Willie para recordar a este extraordinario personaje que tanto hizo por la multiplicación de las alas rotativas por todo el mundo. Presentamos algunos de esos recuerdos.

Frank me hizo un coaching increíble, muy dedicado a pesar de ser una persona muy ocupada …

“Conocí a Frank porque tenía que cambiar las palas de un helicóptero que compré, así que me fui a la fábrica y allí lo conocí, Frank me atendió de manera personal. Allí me enteré del “Safety Course” que daba y tomé el curso. Luego de varias charlas me dijo que lo representara, que no podía ser que no hubiera un representante de Robinson en la Argentina. El curso de seguridad lo daba él de manera personal en el hangar donde se fabricaban los Aeronca, donde por otra parte él inició su fábrica. Frank me hizo un coaching increíble, muy dedicado a pesar de ser una persona muy ocupada”, cuenta Tufró.

Frank Robinson, a sus 80 años, momento en que se retiró.

“Yo le conté que era piloto de Aerolíneas Argentinas, yo había leído en los apuntes del curso –y también lo había explicado Frank en sus charlas– que los pilotos más peligrosos para volar los helicópteros son los que tienen gran experiencia, sobre todo los de líneas aéreas. A partir de ahí, Frank me prestó su helicóptero personal y me dijo que hablara con Bob Golden, nada más ni nada menos que el hombre que certificó el R22. Ellos no daban instrucción, pero Bob me dio las clases en el propio helicóptero del dueño de la fábrica. Eso fue otro mundo, un privilegio único, tanto en la calidad de la instrucción como el gesto de Robinson”, Recuerda el creador de Hangar Uno con agradecimiento.

Willie, if you have good ingeneers you don’t need marketing people…

“¿Me preguntás cómo era Frank Robinson? Era un apasionado de la ingeniería y los helicópteros. Conmigo tuvo muchísima relación, compartí muchísimos momentos en la fábrica. Fui uno de los pocos que compartía su mesa en las cenas de las convenciones de la HAI (Helicopter Association International). Frank era un ingeniero brillante, nunca conocí una empresa más ‘ingenieril’ que Robinson. Un día le sugerí que hiciera unos buenos folletos como los que tenía Lear u otras empresas, y él me contestó: «Willie, if you have good ingeneers you don’t need marketing people (si tienes buenos ingenieros no necesitas gente de marketing)”. Tenía razón, los productos que diseñaba con sus colaboradores lo probaban. Allí todo estaba hecho en base a ingenieros y Frank era un ingeniero con una capacidad asombrosa”, dice quien vendió más de 300 helicópteros de la marca en la región a lo largo de casi 4 décadas.

“Un día tuvo un problema que no podían solucionar, pero él detectó que estaba en el cigüeñal del motor. Llamó a la fábrica Lycoming y no sabían qué decirle, pues bien, Frank encontró cuál era el problema y rediseño los contrapesos del motor y solucionó el problema. Así, con su intervención directa y buenos colaboradores, los Robinson se perfeccionaban constantemente. Al R22 le siguó el cuatriplazas R44, que evolucionó constantemente, y el último diseño de Frank, el R66, un helicóptero formidable y sin rival, el 505 ni se le aproxima”, dice Willie bajando un poco la voz como si compartiera un secreto.

“Mucha gente no los sabe, pero él fue parte del desarrollo del helicóptero que fabricó Cessna cuando quiso entrar en el mercado de las alas rotativas, esa fue una experiencia formidable para él y allí fue madurando la idea de hacer un helicóptero sencillo y al alcance de un público más amplio. También trabajó para Hughes, desarrolló el rotor de cola de los MD, su experiencia era enorme, pero a los 42, 43 años, ante la imposibilidad de convencer a los directivos de la compañía en donde trabajaba, decide llevar adelante su proyecto innovador y hacer su propio camino; así nació su compañía, con mucho esfuerzo. Te digo más, la empresa estuvo en rojo larguísimo tiempo, casi toda la era R22 y pasó a azul, a ser rentable. en la etapa del R44. Frank no la tuvo fácil financieramente, pero siguió adelante”.

Toda la gente me pregunta por qué no me compro un yate, por qué no viajo más, la verdad es que yo disfruto cada hora que estoy en mi fábrica trabajando …

“¿Su carácter? El me decía: «Toda la gente me pregunta por qué no me compro un yate, por qué no viajo más, la verdad es que yo disfruto cada hora que estoy en mi fábrica trabajando». Frank llegaba tempranísimo y se iba a las 10, 11 (PM). Era un tipo tremendamente sencillo. Algunos decían que era autoritario y hasta despótico, tal vez haya sido un poco de esto y otro poco de aquello, pero yo lo viví muy respetuoso y decidido, él llevaba sus proyectos al éxito. El trato fue excelente, aprendí muchísimo de él. Hay un detalle que muestra algo de su pasión y forma de ser, Robinson se rodeó de 12 ingenieros de primer nivel y ninguno se le fue de la fábrica, eso quiere decir algo y, además, remuneraba muy bien a su equipo de colaboradores”.

 

 

Al finalizar la charla con Willie le pregunté: “¿qué fuiste vos para Frank Robinson?”. Wille contestó con mucha humildad: “yo creo que fui un nexo que, con el coaching de Frank, pudo imponer los Robinson en la región, mucho de lo que hice fue gracias a sus consejos. Es cierto que en un país que te da garrotazos tras garrotazos con sus cambios e inestabilidad se hace difícil y hay que ser bastante flexible para adaptarte, pero estoy convencido de que logramos cumplir una misión juntos”.

… creí que Frank dejaría al frente a un ingeniero de su staff, pero le dio el bastón de mando a Kurt, quien se viene desempeñando excelentemente …

Tufró termina recordando que hace unos 12 años asumieron el control de la fábrica Kurt y Terry, hijo e hija de Robinson respectivamente. “Yo creí que Frank dejaría al frente a un ingeniero de su staff, pero le dio el bastón de mando a Kurt, quien se viene desempeñando excelentemente. Él es otro tipo de personalidad, pero le está imprimiendo una impronta muy interesante a Robinson Helicopters”.

No hay dudas de que se ha ido un grande de la aviación que merece nuestro total respeto y admiración. Es uno de esos hacedores que tiene los Estados Unidos. La historia continúa. Va cambiando la época, muchos parten y otros venden para seguir con nuevos proyectos pero sin dejar esta pasión. Para varias generaciones de amantes de las alas rotativas y la aviación toda, hay nombres que no se borrarán, la marca Robinson ya es un clásico global, y por estas pampas ha quedado grabado a fuego Willie Tufró. Gracias a ambos por todo lo que hicieron. ¡Chapeau!

 

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