Ley que afectará a la aviación

EANA S.E. a un paso de su sanción

El proyecto de ley que crea la Empresa Argentina de Navegación Aérea Sociedad del Estado (EANA S.E.) estaría en condiciones de ser considerado por la Cámara de Diputados, luego de su aprobación en el Senado de la Nación. Si bien consideramos que por ser este un año electoral los tiempos parlamentarios no permitirán su tratamiento y aprobación, creemos que es importante volver sobre esta propuesta del Poder Ejecutivo que ya hemos tratado en varias notas de Aeromarket, la última de las cuales fue un análisis realizado por Alberto Orero (Senior ATM/AIM/SAR), un experto con experiencia OACI, que se publicó en Aeromarket (edición impresa 193, de septiembre de 2014).

El proyecto ha tenido su tratamiento legislativo conforme lo exige nuestra Constitución, pero no parece haberse tenido en cuenta algunas cuestiones que tal vez no sean de fondo, sino interrogantes que se abren en la actual circunstancia institucional de nuestro país.

Incluimos en la volanta de la presente nota la palabra “afectará” sin que la connotación sea necesariamente negativa, sino a los efectos de llamar la atención, a manera de advertencia republicana, dado que la comunidad aeronáutica no parece considerar adecuadamente la importancia de este cambio.

El proyecto, que en su momento sorprendió por la utilización de términos que difieren del léxico de la OACI y por lo tanto adolece de cierta precisión técnica menor, parece encauzar el gran desbarajuste en que derivó control de tránsito aéreo cuando se creó la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) y se transfirió el personal profesional desde la Fuerza Aérea, para regresarlo poco después a la misma fuerza como una suerte de reprimenda presidencial ante un reclamo gremial. En otras palabras: En este momento los servicios de navegación aérea tienen una suerte de status militar, siendo civil, que es coordinado o controlado con diverso grado de eficiencia por la Directora Nacional de Inspecciones de Navegación Aérea, la abogada, de extracción gremial, Gabriela Logatto.

Ventajas

Una de las ventajas de la ley que como señalamos se encuentra en la etapa final de su tratamiento parlamentario, será sin dudas la identificación de un ente responsable de brindar los servicios de navegación aérea, como así también el ordenamiento que se espera del Estado para incluir de una forma más institucionalizada los servicios en cuestión en el Programa de Seguridad Operacional (SSP). Palabras más, palabras menos, esa fue una de las fortalezas que nuestro analista resaltó cuando desmenuzamos la norma que aún está en el Congreso.

Otro de los aspectos que podrían ser positivos es el de la carrera profesional de los trabajadores de la especialidad. Aquí son las asociaciones profesionales las que tienen que hilar muy fino para que sus representados obtengan un plan de carrera que se base en el mérito, la justa recompensa y una carga laboral similar a la que se estila en los países más eficientes de la región.

La realidad en el mundo

Las naciones más avanzados del mundo en materia de seguridad aérea ya tienen –o van rumbo a tener– servicios de navegación aérea privatizados y/o en competencia. Desde Aeromarket hemos sostenido que el modelo canadiense es, sino el mejor del mundo, uno de los más eficientes que existen. Allí, se creó una organización que es una “non profit”, lo que aquí llamaríamos una ONG, en la que todos los actores de la aviación participan. Sindicatos, líneas (no una sino todas), organizaciones de la aviación civil, etc., comenzaron a fortalecer una entidad que, con ayuda inicial del Estado, se independizó financieramente a poco de su creación para autosostenerse y generar una constante incorporación de tecnología que perfecciona la seguridad del sistema en forma sostenida y sustentable. Es conocido por todos que los Estados Unidos de Norteamérica tiene lo que tal vez sea el servicio de navegación aérea más eficaz del mundo, sin embargo, no es el más eficiente ya que demanda un caudal de fondos que es muy cuestionado por el Congreso y por los entes que lo auditan. Entre las opciones que esa nación líder en aviación tiene en estudio, la de Canadá es una de las que más adeptos suma en el círculo de decisión aeronáutica. Por eso, que nuestro sistema no haya avanzado en el sentido en que lo hizo Canadá, es cuanto menos criticable.

Cuando consultamos a algunos expertos con cargo en la ANAC sobre este punto se nos dijo que la Argentina no podía aspirar a un sistema como el canadiense, pero no se nos dieron detalles de cómo se llegó a esa conclusión.

Lo que sí queda claro es que una organización independiente del Estado es más que deseable, en su momento el experto que consultamos señaló lo siguiente: “se ha comprobado que una mayor autonomía y comercialización de los ANS (servicios de navegación aérea) han dado como resultado un mejor funcionamiento. Esto ha sido así, en virtud de que la autonomía le otorga poder a la gestión para tomar decisiones independientes sobre temas que le competen, incluido el uso de los ingresos obtenidos con las operaciones. Cuanto menos intervenga el gobierno en las decisiones de gestión por razones políticas o socioeconómicas, mejor será el funcionamiento de los ANSP. El enfoque de la gestión en el cual se aplican principios comerciales, también llamado ‘proceso de comercialización’, ha ayudado a mejorar el funcionamiento de muchos proveedores de servicios de navegación aérea, los cuales en la actualidad son considerados modelos a seguir por su coherente y seria gestión administrativa/operativa”, señaló Orero en la nota que publicamos el año pasado.

¿Será vulnerable la nueva sociedad del Estado?

Con la experiencia de Aerolíneas Argentinas en plena ejecución, como así también la de otras empresas estatizadas gestionadas por la actual administración de la Nación, se ha visto un masivo desembarco de nuevos empleados “militantes” que han llevado a las organizaciones a utilizar recursos de manera alarmante sólo para cumplir con la nómina de trabajadores lo cual, en el servicio al que nos referimos, podría redundar en una sangría permanente de fondos que bien podría llevar a la desfinanciación del sistema y la consecuente insuficiencia en las inversiones que el mismo demanda. Además ¿quién elaborará un “plan de negocios” de un servicio sensible como este?; debemos tomar en consideración que ni la propia línea aérea de bandera ha logrado exhibir uno que verdaderamente mejore su eficiencia y sustentabilidad.

Cuestiones sindicales

Como si lo anterior no fuera suficientemente preocupante, se suma al actual momento una grave crisis sindical que afecta a los controladores de tránsito aéreo en particular y a los trabajadores del sector en general, ya que la representación laboral que solía tener ATEPSA, Asociación de Técnicos y Empleados de Protección y Seguridad a la Aeronavegación, está prácticamente acéfala desde que su Secretario General tuvo un serio problema de salud que derivó en una situación interna del gremio que generó un creciente descontento que afecta su representatividad. A ese escenario se sumó el intento de APTA (Asociación del Personal Técnico Aeronáutico de la República Argentina), parcialmente exitoso, que aprovechó la situación para captar afiliados con la promesa de lograr mejoras en las condiciones laborales, algo muy esperado por los trabajadores. Y aún más, la propia Asociación de Trabajadores del Estado busca posicionarse entre los controladores y personal afectado a los ANS, muestra de ello fueron las más recientes medidas de fuerza que tuvieron por epicentro a Ezeiza.

La pregunta que se hace cualquier observador es ¿cómo será la interna gremial en la nueva empresa del estado?

Como se puede comprender, la futura ley que creará la Empresa Argentina de Navegación Aérea Sociedad del Estado debería haber tenido un debate más intenso para que todos los sectores opinaran y contribuyeran a elaborar el mejor sistema posible. Esos sectores no parecen haberse anoticiado de la importancia de lo que se estaba gestando y eso, en todos los órdenes de la vida y muy especialmente en cuestiones de política y gobierno, es interpretado como un acuerdo tácito a lo que se está gestando, recordemos que “quien calla otorga”.

Es muy posible que finalmente se esté dando un paso positivo, sólo que, como viene ocurriendo con todas las cosas que parecen reformarse, habrá que esperar a ver cómo se implementa en la reglamentación y los hechos la ley que se propone.

Todavía queda tiempo para influir en los legisladores, hay que tener en cuenta que es probable que la conformación del Congreso cambie y con ella se vuelva a estudiar la propuesta si esta conserva el “estado parlamentario”. Ante cualquier escenario será más que prudente estudiar y fijar posición para lograr una buena ley.

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