La Asociación de Fabricantes de Aviación General (GAMA) expuso cifras que son mejores a las esperadas, pero que muestran una caída en la producción de 2020.
Según el informe presentado a la prensa, las entregas de aeronaves alcanzaron los 22,8 mil millones de dólares, lo cual señala una merma de 5.000 millones respecto de 2019. Los directivos de GAMA opinaron que la pandemia sofocó el crecimiento que preveía la industria, pero perciben que la demanda de productos sigue presente si las limitaciones en la cadena de suministros y la apertura de las fronteras y vuelos, que son factores determinantes para la producción, van normalizándose.
En 2020, las entregas de aviones a pistón se mantuvieron estables, mientras que las de turbohélice, aviones comerciales y helicópteros disminuyeron en comparación con 2019.
La cooperación y los reguladores
Las preocupaciones de los industriales aeronáuticos no se limitan a la caída en la producción, ya que también están atentos a los procedimientos de certificación y validación de los reguladores de la aviación y abogan por un fortalecimiento de la cooperación dadas las complejidades políticas, presupuestarias y sociales derivadas de la pandemia.
Los fabricantes plantean sus opiniones en el contexto de los accidentes de los Boeing MAX y ante declaraciones como las del director de EASA Patrick Ky, en el Parlamento Europeo, que señalaban un aumento del nivel de participación y revisión independiente de los proyectos estadounidenses, con el objeto de construir evaluaciones de seguridad propias.
Según el presidente de la Junta Directiva de GAMA, Nicholas Chabbert, la colaboración y confianza entre los reguladores internacionales es de suma importancia. “No podemos simplemente tomar una pieza y aislarla”, dijo en una conferencia de prensa sobre el estado de la industria de GAMA. “Está todo junto. Necesitamos seguir teniendo una relación y un compromiso muy sólidos tanto por parte de la FAA como de la EASA para la cooperación y colaboración continuas estrechando la relación bilateral”, agregó el ejecutivo, que también es vicepresidente senior de la división de aviones de Daher y Kodiak Aircraft.
GAMA asume que la clave para una mejor colaboración es la transparencia. “No hay forma de que ningún organismo regulador del gobierno pueda tener la experiencia de la industria. Cuanto más transparentes sean nuestros miembros con respecto al proceso de prueba, más aprende el regulador”, dijo Pete Bunce, presidente y CEO de GAMA. Quien es optimista respecto de la capacidad de las agencias reguladoras a trabajar juntas.
En ese camino, los fabricantes también están asumiendo un compromiso especial al procurar un trabajo conjunto con las agencias para que éstas participen más del proceso de diseño y construcción.
La aspiración de GAMA es que los reguladores cooperen y trabajen para que se pueda producir un producto y operarlo en cualquier parte del mundo sin que ello implique nuevas certificaciones y burocracia.
Una alegría en tiempos de crisis
Esta semana hubo noticias alentadoras y toda la industria festejó. El motivo fue la presentación de un proyecto de ley presentado elaborado por los senadores Jerry Moran, republicano por Kansas, y Kyrsten Sinema, demócrata por Arizona. La iniciativa legislativas lleva la denominación S.516 de Advanced Air Mobility (Movilidad Aérea Urbana) y, de aprobarse, significará un importante apoyo a un sector emergente de nuevas tecnologías que desarrollarán el transporte de la movilidad aérea urbana de una manera nunca vista, creando nuevos empleos y mayor actividad económica en el marco de la sustentabilidad ambiental.
El proyecto de ley complementa el trabajo en curso de la FAA para certificar y construir el marco regulatorio operacional para introducir aeronaves eléctricas en el sistema del espacio aéreo nacional. En se sentido, la propuesta de los senadores autorizaría al secretario de Transporte a establecer un grupo de trabajo interinstitucional para planificar y coordinar los esfuerzos para el avance de las operaciones de movilidad aérea avanzada (AAM). El grupo de trabajo tendrá la tarea de revisar y hacer recomendaciones para el rol federal en el sector AAM, que iría más allá de la etapa crítica inicial de certificación y operaciones de aeronaves, al considerar también las oportunidades económicas y laborales, posibles riesgos y mitigaciones de seguridad física y digital, y desarrollo de infraestructura.
La aviación sigue adelante.
