Entrevista a Mauricio Sana, CEO de Flybondi

Mauricio Sana comenzó su gestión en la empresa en febrero de 2019. En junio de 2020, ya como Chief Commercial Officer, Sana tenía ante sí un escenario complicado por los vaivenes de la política de la Argentina y una pandemia en curso a la que se le agregaba una interminable cuarentena que mantuvo a la compañía aérea prácticamente sin volar. La misión de Sana fue navegar atravesando esos frentes convectivos con ideas y proyectos que hicieran posible el equilibrio de la empresa. En febrero pasado Sana asumió como CEO interino, puesto en que fue confirmado efectivamente el pasado marzo.

AEROMARKET entrevistó al ejecutivo para conocer más sobre Flybondi, una low cost pequeña con un fuerte propósito y carácter.

ARMK: — Luego de la experiencia vivida en estos largos meses de pandemia y con las inciertas perspectivas que hay para la actividad aérea y las empresas en general ¿cuál es su visión sobre el mercado aerocomercial argentino y regional o, para ser menos pretenciosos, cómo intuye el país post COVID-19 (o COVID endémico) para la actividad aerocomercial?

M.S.: — El mercado aerocomercial en la Argentina es muy grande y tenía una tendencia de crecimiento muy interesante gracias a la entrada de Flybondi con su modelo ultra low cost. Recordemos que en el 2019 se superaron los 16 millones de pasajeros domésticos y nosotros estamos convencidos de que el camino es sumar conectividad, nuevas opciones para volar, generar empleo para salir de este momento tan particular, y por supuesto, más libertad de volar con tarifas bajas y un servicio de calidad.

Creo que el año 2022 va a dejar una huella importante en oportunidades de desarrollo para el país y la sociedad respecto al transporte doméstico, los destinos y la oferta de servicios que cada provincia pueda sumar y mejorar. Estimo que serán la clave de la reactivación para volver la tendencia vista antes de la pandemia. Veo una clara revalorización de todo lo que Argentina tiene para ofrecer como destino, adicionalmente el mercado receptivo posiblemente se vea muy estimulado por la situación cambiaria. En los aspectos más específicos de la industria, considero que tendríamos que tener una mesa de trabajo conjunta con las autoridades nacionales para poder evaluar y potenciar el mercado, somos muy pocos los jugadores dispuestos a seguir invirtiendo y creciendo en la oferta con planes reales y serios de más puestos de trabajo y mayor conectividad.

— Deducimos que los inversores comparten esa visión.

— Los inversores siguen confiando en este proyecto y en el equipo que lo lleva a cabo. Por supuesto que cuestionan y exigen mayor seguridad en cuanto a la política de desarrollo aerocomercial, están buscando previsibilidad y compromiso sobre sus inversiones, sobre todo, luego del parate de 9 meses que hemos tenido. Pero hay noticias alentadoras: los resultados del primer semestre de este año son realmente positivos. Todos nuestros indicadores operacionales y comerciales están en alza y los meses que tenemos por delante continúan con esa tendencia. Estamos muy agradecidos por la confianza que han tenido los accionistas, y por el acompañamiento del Grupo Cartesian en todo este proceso.

— ¿Se puede hacer una comparación sobre la política aerocomercial de los países vecinos y la que tenemos (o no tenemos) en nuestro país? Por ejemplo Brasil simplificó las trabas burocráticas con el programa “VOOS SIMPLES”.

— La situación de cada país en cuanto al mercado aerocomercial y la posición económica de sus habitantes es muy diferente, es muy difícil hacer comparaciones directas. Sin embargo, lo que sí está claro es que la definición de una política aerocomercial, donde el sector público y privado tengan roles claros en consonancia con un objetivo de desarrollo común, genera la confianza suficiente para que se pueda invertir y crecer en nuevas opciones beneficiando al pasajero e incentivando la dinamización de la economía.

No sólo Brasil es un ejemplo de la apuesta de los gobiernos en el sector, todos los días estamos encontrando noticias de aparición de nuevas aerolíneas lanzándose al mercado y de cómo las existentes están creciendo en flota para servir nuevos pasajeros.

— Justamente y sin dejar de pensar en Brasil que es socio del Mercosur y país hermano ¿por qué cree que en plena pandemia surge Itapemirim?

— Itapemirim es un proyecto que existía antes de la pandemia como muchos otros en esta parte del mundo, lo que cambia “gracias” a este período es que existe una mayor sensibilidad a nivel gobierno para facilitar el crecimiento del sector, que, sumado algunos otros impactos como la baja de precios de renta, encuentran un momento ideal para su lanzamiento.

— ¿Cómo considera el anuncio del acuerdo de código compartido entre Jetsmart y American?

— Los códigos compartidos son una buena opción de mejora en movimientos de oferta, con muchas dificultades de implementación y de operación comercial. Esperamos que vaya bien y que realmente aporte al crecimiento del mercado en la región.

— Que la Argentina es un país con potencial turístico es evidente y hasta algo desgastado por su uso político, pero ¿qué otras cosas animan a los inversores a seguir?

— Sí, está claro que no podríamos hablar de un solo aspecto, sino de la conjunción de varios. El escenario que presenta Argentina debe analizarse de manera holística: las distancias que tiene el territorio, las pocas opciones de transporte que cubra esas distancias, un país con habitantes que por cuestiones de hábitos aún siguen volando muy poco respecto de los países de la región, un mercado que tiene un gran potencial para crecer sin depredar a los clientes de otras aerolíneas, aeropuertos que podrían desarrollarse a futuro con su consecuente impacto en los destinos y, no por reiterado es menos cierto, un turismo que aún tiene mucho por crecer a medida que se va rompiendo la estacionalidad. Podríamos a seguir con esta suerte de “dashboard” (panel) de indicadores. 

— ¿Percibe que en la Argentina los gobiernos (nacional, provinciales y municipales) tienen la misma visión del transporte aéreo?

– Esta es una respuesta compleja porque casi no hemos tenido oportunidad de trabajar con una visión del transporte aéreo que no esté inmersa en una situación de pandemia. Entonces es posible que no tengamos aún muchos elementos para poder evaluar si es la misma o no, la agenda de todos los gobiernos está puesta en el manejo de la emergencia y en lo urgente. ¡Volvamos a hablar de esto en unos meses!

— ¿Tener un avión más es un acto de fe o una necesidad?

— (Se ríe casi con una carcajada) ¡No son excluyentes! Lo cierto es que siempre tuvimos la visión de volver a recuperar nuestra capacidad de oferta, en función de cómo vamos observando a la demanda en estos meses. De hecho, nuestro equipo de colaboradores está planteado para una flota de 5 aviones y hacia allí vamos en nuestra proyección.
Desde que volvimos a operar el 12 de diciembre de 2020, y con la llegada a Aeroparque, nuestros resultados son alentadores para cada aeronave que incorporemos. Desde enero somos la aerolínea con mayor nivel de ocupación en nuestros vuelos y, salvo un mes, estuvimos siempre en valores superiores a 85% y llegando a 91% en febrero, por ejemplo. Por eso, seguimos firmes con nuestro plan de inversión y recuperación, incorporando ahora nuestro tercer avión y entre septiembre y octubre, el cuarto.

— ¿Qué dejó la experiencia de operar desde El Palomar en tiempos precovid y cómo analiza –e imagina en tiempos más normales– su cierre permanente o regreso a las operaciones? y desde los costos ¿cómo resulta hoy la ecuación y cómo podría resultar operar con una demanda normalizada en los aeropuertos?

— El aeropuerto internacional El Palomar fue una gran experiencia para Argentina, Flybondi fue la primera aerolínea ultra low cost en el primer aeropuerto low cost de la región. El Palomar fue el único aeropuerto comercial conectado con transporte público de tren, al final creamos una categoría en el país y facilitamos la entrada de nuevos competidores.

Se realizó un trabajo muy colaborativo con los distintos organismos de la actividad como ORSNA, ANAC, PSA, EANA y sobre todo con AA2000. Considero que esa es una buena forma de desarrollar nuevos aeropuertos y proyectar más y mejor infraestructura aerocomercial. Fuimos pioneros en el país, pero es una práctica muy utilizada en los países de la región, además, la industria low cost ya lleva muchísimos años operando en este tipo de aeropuertos.

La experiencia de mudarnos a Aeroparque, es positiva. Desde lo operacional es muy exigente y se va a incrementar aún más con el crecimiento de los volúmenes en el futuro, por lo que será un reto compartir espacios con aerolíneas que no son low cost y con otro tipo de gestión. Desde lo comercial hemos tenido un gran acompañamiento de nuestros clientes y se han sumado nuevos, sobre todo aquellos del corredor norte que quizás no tomaban un vuelo desde la zona oeste.

— ¿Qué recoge de las autoridades de los gobiernos provinciales en donde opera FB?

— Mucho compromiso, predisposición para el trabajo conjunto y para la resolución de necesidades y, por sobre todas las cosas, una gran valoración del impacto que una aerolínea genera en la provincia. Nosotros no sólo estamos trasladando personas hacia ese destino, lo que de por sí ya genera un desarrollo de las economías regionales muy tangible, sino que además tenemos equipo propio en cada escala a la que volamos. Todas las personas que ves en los aeropuertos de las provincias son flybondiers, no son empleados tercerizados. Eso no sólo genera empleo local, sino un sentido de pertenencia provincial representado en el corazón de la compañía. ¡Nos encanta que el equipo sea bien federal!

 — Al hablar del equipo humano y ampliando un poco la respuesta anterior ¿cómo son las relaciones de la empresa con los representantes de los trabajadores?

—Somos un equipo de más de 540 personas que cada día se enamora más de este proyecto. Pocas veces en mi carrera profesional he visto el nivel de compromiso y de pasión que hay en Flybondi por el propósito que tiene la empresa. Y eso es muy permeable a la marca y a cómo se representa. Por eso podemos dar la calidad de servicio que damos. Cada flybondier es fundamental en cada parte de la cadena de valor de lo que hacemos diariamente. Nuestros valores, Seguridad, Eficiencia, Alegría, ‘Humano & Humilde’ nos define en cada decisión que tomamos para llevar a cabo esta compañía. Y en esto no distingo a las personas sindicalizadas de las que no lo están, y créeme que en esta industria eso es un enorme atributo. La relación con el gremio es buena, pero más que buena es eficiente. ¿A qué llamo yo una relación eficiente? A que ambas partes puedan conseguir lo que buscan. A veces nos ha tocado perder en las negociaciones o ceder, y eso es parte de este vínculo que debe ser siempre en pos del bienestar de los trabajadores y del negocio. No hay uno sin el otro.

— Como somos un medio que llega a gente de la aviación ¿qué mensaje le daría a sus empleados, a quienes desearían trabajar en una ultra low cost, en FB, y a un joven con vocación en la aviación de transporte?

— Esta industria tiene la particularidad de que te enamora. Aquí en Flybondi somos un equipo apasionado, con el desafío de construir juntos y seguir mejorando la industria de la aviación para que todas las personas puedan tener la libertad de volar. A quienes hoy están en la compañía, no tengo más que palabras de orgullo, admiración y agradecimiento, esto es lo que trato de trasmitirles a los flybondiers en los espacios internos que tenemos. Y para quienes leen AEROMARKET desde hace varios años, les pregunto: ¿Pensaban que íbamos a estar acá hoy? Nos animamos a hacer las cosas diferentes porque eso es lo que nos define, más allá de volar aviones y conectar puntos en un mapa. Fuimos pioneros en muchas prácticas que en Argentina la industria veía de manera prejuiciosa. Nuestro nombre, nuestros uniformes, incluso nuestra comunicación. Y hoy, casi 4 años después, creo que todo lo que nos hace ser quienes somos está más fuerte y sólido que nunca. ¡Y todo lo que está por venir!