El Dakar: Una operación aérea impresionante

Como ocurre desde 2009, la Aviación del Ejército apoyó en forma activa el desarrollo de esta popular competencia (2011). Sus helicópteros operaron en algunos de los más bellos y exigentes paisajes de nuestra amplia geografía. Helicópteros y tripulantes operaron en forma sostenida durante más de quince días en condiciones rigurosas y exigentes.

(Nota aparecida en Aeromarket, versión impresa Nº162 de marzo de 2011. La reproducimos aquí por la actualidad).

El Rally Dakar es una competencia de importancia internacional, en la que los competidores deben atravesar casi 10.000 kilómetros de los caminos más difíciles de Argentina y Chile, en algunos casos más exigentes que los que anteriormente transitaban cuando se desarrollaba en África.

Por su importancia y trascendencia internacional, dicho evento es declarado de interés nacional por el Poder Ejecutivo Nacional (Resolución 755/2010 de la Secretaría General de la Presidencia), razón por la cual distintos Ministerios del Estado contribuyeron de diferentes formas para su realización. El Ministerio de Defensa, en particular, ordenó al Jefe del Estado Mayor Conjunto de las FF.AA. (EMCO) que se asignase personal y medios del Ejército y la Fuerza Aérea en apoyo al desarrollo del Rally.

El EMCO organizó entonces un elemento transitorio para cumplir esta misión, la Fuerza de Tarea Conjunta DAKAR 2011 (FTCD2011). La misma se dividió en dos componentes: uno de la Fuerza Aérea (con 2 C-130 HERCULES y 2 FOKKER F-28) y otro del Ejército Argentino, con 5 Helicópteros BELL UH-1H-II (conocido como Huey 2, versión modernizada del popular Huey empleado en Vietnam) de su Arma de Aviación de Ejército.

Cabe mencionar que, debido a las misiones que cumple en las operaciones militares, el Ejército Argentino, al igual que la mayoría de los ejércitos del mundo y contrariamente a lo que la mayoría de la gente común supone son, de las tres Fuerzas Armadas tradicionales, los que siempre han desarrollado y mantienen el inventario más importante de helicópteros. Esto siempre ha sido así y la tendencia mundial indica que seguirá de esta manera ya que estas máquinas, fundamentalmente por su capacidad de despegar y aterrizar desde casi cualquier lugar, son las que más estrecho apoyo pueden brindar a las tropas que están “con los pies en el barro” y en consecuencia son los que más contribuyen en casos de tener que brindar ayuda a la población como cuando se producen inundaciones, nevadas o incendios forestales.

Además, el Ejército alistó un avión CASA 212, un avión DHC-6 Twin Otter y un escalón de mantenimiento móvil para brindar apoyo logístico a los helicópteros.

La participación del Ejército Argentino fue incrementada a lo largo de las tres ediciones del Rally. En 2009, participó con tres Huey 2 (que volaron 138 horas) y un reducido equipo de apoyo. En 2010, se incrementó a cuatro Huey 2 (que volaron 207 horas) con un equipo de apoyo similar al actual. En 2011, el elemento de la Aviación de Ejército adaptó su forma definitiva: cinco helicópteros, un equipo de apoyo terrestre (con vehículos de enlace, combustible y carga) y un equipo de mantenimiento (con ocho mecánicos especialistas). El total de horas voladas fue 242.

Las misiones a cumplir

Durante la competencia, la empresa que organiza el Rally, Amaury Sport Organization (ASO), emplea helicópteros para distintas misiones:

–                Evacuaciones de heridos y accidentados. Para ello se trasladaba un médico y un enfermero con más de 100 kg de equipo de primeros auxilios.

–                Transporte de personal de la organización.

–                Transporte de pasajeros (periodistas gráficos y sponsors de la competencia).

–                Traslado de un equipo de fotógrafos.

–                Filmación del rally.

–                Apoyo logístico de emergencia (repuestos, víveres y agua para competidores aislados).

Las misiones fueron realizadas por distintos elementos. Para la primera misión, ASO contrató a la empresa Ecocopter, que empleó helicópteros EC-350 B3 equipados con cámaras giroestabilizadas.

Para realizar las misiones de evacuación sanitaria, se emplearon un EC-350 B3 de Ecocopter y un Huey 2 de Ejército. También contrató un avión sanitario (un Metro V). Es de destacar que ninguna etapa de la competencia comienza con al menos uno de los dos helicópteros sanitarios en servicio. Además, en algunas etapas del Rally, otros dos Huey 2 estaban configurados como refuerzo de los helicópteros sanitarios, para lo que transportaban médicos adicionales.

Para el transporte del personal de la organización, se emplearon un EC-350 B4 de Ecocopter, un R-44 y un Huey 2 de Ejército.

Para el traslado de pasajeros se empleó un Huey 2 de Ejército.

Para trasladar a los fotógrafos se empleó un Huey 2 de Ejército.

El quinto helicóptero se mantuvo en reserva para realizar un eventual reemplazo, mientras tanto trasladaba personal de mantenimiento especializado para brindar apoyo en caso necesario. Es empleado como apoyo cuando los requerimientos de traslado se incrementan (en 2009 realizó numerosas extracciones de motos, que quedaron atascadas en los médanos de Fiambalá, eslingando las mismas mediante carga externa).

El apoyo al Rally

El apoyo de la Aviación de Ejército se dividió en cuatro fases bien diferenciadas:

  • La primera, desde el 26 de diciembre, fue el traslado de los helicópteros desde su base en Campo de Mayo hasta la Fábrica Argentina de Aviones (FAdeA) para instalar en las aeronaves los equipos de navegación satelital y de comunicaciones que emplea ASO.
  • La segunda entre el 01 y el 05 de enero y la cuarta, entre el 11 y el 15 de enero. Estas etapas estuvieron relacionadas con los tramos de la competencia que se desarrollaron en la Argentina, puesto que en Chile operaron helicópteros de la FACh.
  • Entre el 05 y el 11 de enero se planificó la tercera fase para redesplegar las aeronaves (desde Juyuy a La Rioja y posteriormente a Fiambalá) y para solucionar todas las fallas que hubiesen surgido durante el desarrollo de la segunda fase.

Para el apoyo, se organizó una tripulación de dos pilotos y dos mecánicos de vuelo por helicóptero (en caso de necesidad, las mismas estaban en capacidad de desplegarse en forma inmediata para realizar operaciones de asistencia humanitaria a la comunidad o de ayuda humanitaria a países vecinos en caso de accidentes naturales o antrópicas) y una tripulación de reemplazo. Esto permitió operar en forma continuada día tras día sin vulnerar los períodos de descanso de las tripulaciones. El personal que no cumplía misiones de vuelo era trasladado por los aviones de la FAA junto con periodistas y miembros de ASO.

Un día en el rally

La Aviación de Ejército aprovechó el adiestramiento de sus elementos para operar en forma sostenida, desplegada desde lugares adelantados y con poca infraestructura, para satisfacer la misión de apoyar el rally en forma directa.

Las zonas de operación desde donde partían los helicópteros fueron siempre aeródromos secundarios, terrenos próximos a cuarteles militares o zonas aptas para la operación de aeronaves.

Un día típico comenzaba a las 0430. Los helicópteros se ponían en marcha diez minutos antes de la salida del sol, y partían con luz de día hacia el vivac, donde recogían a sus pasajeros según su misión. Entonces comenzaba el sobrevuelo de la ruta del rally. El helicóptero sanitario se desplegaba en distintos lugares a lo largo de la carrera, de acuerdo a las órdenes de ASO; el helicóptero de transporte de pasajeros y el de fotógrafos se trasladaban al lugar donde comenzaba la etapa cronometrada del trayecto, para luego ir desplazándose a distintos puntos; el helicóptero de la organización recorría distintos puntos del trayecto. El último en despegar era el helicóptero de reserva. A lo largo del día los distintos helicópteros iban avanzando en la ruta, siguiendo el rally. Normalmente, el primero en llegar al nuevo vivac era el helicóptero de prensa, seguido por el de reserva. El último fue siempre el sanitario.

El reabastecimiento en la ruta se realizaba mediante puntos de abastecimientos establecidos por ASO, previa coordinación, que la Aviación de Ejército reforzó mediante un camión cisterna para Jet A1.

El escalón de apoyo terrestre se dividía en dos, los vehículos de carga transportaban equipajes y repuestos al próximo vivac. El camión cisterna comenzaba una serie de saltos para abastecer a los helicópteros a lo largo de la ruta. Siempre fue el último en llegar al destino.

Para alojamiento se aprovecharon las distintas unidades militares a lo largo de la ruta. Cuando no había unidades cerca, se acampó en el terreno o se coordinó con otros organismos.

Una vez finalizado el vuelo, se alistaban las aeronaves para el próximo día, y el personal cenaba en el vivac del rally, junto a los competidores y equipos de apoyo. Luego, las tripulaciones que realizaban el vuelo del día siguiente preparaban las navegaciones y realizaban las coordinaciones de detalle para realizar los apoyos. El día finalizaba alrededor de las once de la noche.

Un escenario exigente

Un párrafo aparte merece el terreno donde se desarrolló el rally. Se llegó a operar en forma regular a una altura promedio de 9000 pies y, si bien las condiciones meteorológicas fueron excelentes durante casi todo el desarrollo del rally, un helicóptero tuvo que permanecer dos días en la zona de Cachi (Salta) y Tafí del Valle (Tucumán), porque las nubes bajas impidieron que cruzase hacia Salta o Tucumán una vez que finalizó su misión sanitaria.

Es en este terreno donde se pudo comprobar la capacidad del Huey 2 para operar en zonas de gran altura y temperatura como es el Noroeste argentino, pero que no afectaron en gran medida la performance del helicóptero para transportar personal y/o carga.

Es así que la Aviación de Ejército pudo operar en un escenario exigente y realista, en forma sostenida, operando un helicóptero que está reemplazando en forma progresiva al venerado UH-1H y que posee mejores prestaciones para volar sin limitaciones en toda la geografía de nuestro país. Testimonio de ello es el progresivo aumento de las horas de vuelo voladas, el apoyo rápido y oportuno proporcionado al rally (el helicóptero sanitario evacuó en total 8 personas) y la seguridad con que se realizaron las operaciones. Finalmente, no es de despreciar el hecho que este tipo de operación contribuye al adiestramiento de nuestros elementos en forma muy similar al que se da en el desarrollo de operaciones reales.

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