La confirmación de la Corte Suprema de Justicia respecto del origen de restos óseos de víctimas del accidente de Sol Líneas Aéreas, enterrados en proximidad al lugar del siniestro del pasado 18 de mayo, despertó sospechas sobre la forma en que se había preservado la zona sobre la que debía trabajar la Junta de Investigación de Accidentes de Aviación Civil (JIAAC).
Como se recordará un avión Saab 340 se estrelló en la zona de Caltrauna, a unos 35 kilómetros al sur de “Los Menucos”, provincia de Río Negro, por una presunta formación de hielo.
Recientes declaraciones del presidente de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), señor Jorge Pérez Tamayo, a Radio Nacional Jacobacci, señalan que “no hubo seriedad” en la investigación. Sin embargo, para determinar con precisión las causas de cualquier siniestro la preservación de la zona, los elementos y los registros involucrados en el accidente resultan imprescindibles, de ahí que no se pueda concluir que la responsabilidad sea de la JIAAC.
Es de esperar que, como debe suceder con toda catástrofe aeronáutica, la investigación se realice con el mayor rigor para poder determinar las más precisas causas del accidente con el fin de evitar que se vuelvan a repetir.