Un asunto delicado

El Código Aeronáutico sólo requiere retoques, pero la delicadeza con que deben ser realizados exige expertos.

El ministro Guillermo Dietrich es el máximo responsable de la aviación civil argentina. Desde diciembre de 2015 está a cargo del diseño e instrumentación de la política aeronáutica y, luego de transcurridos más de dos años, resulta muy difícil comprender algunas de sus más sensibles decisiones en la materia.

Una de las últimas resoluciones del titular de Transporte fue la creación de la “Comisión para la elaboración del proyecto de reforma, actualización y armonización del Código Aeronáutico Argentino” y la designación del abogado Agustín Rodríguez Grellet como su presidente. Que el Código requiere una modernización es opinable, pues autorizadas espadas del Derecho Aeronáutico han expresado que se trata de una obra coherente que sólo merece retoques puntuales en algunos pocos artículos; mas la designación del ex presidente de la Empresa Argentina de Navegación Aérea (EANA) resulta claramente inadecuada por dos razones: no ser un jurista acreditado en la materia y los claroscuros de la gestión de la que acaba de ser desplazado.

Hay varios aspectos que no podemos soslayar frente a la forzada decisión de reformar un grupo de normas legales sistemáticas que en la forma de un código regularán a la aviación civil por largo tiempo. Uno de relevancia es quién encabezará el equipo que la estudiará y quiénes lo secundarán en la tarea.

Hace unos meses se presentó en la Universidad de la Defensa (UNDEF) una recopilación de ensayos que bajo el título “Aportes para un Nuevo Código Aeronáutico” reunía a varios autores que aportaban su visión en los diversos aspectos de la aviación a considerarse en la reforma. El trabajo, más allá del valor jurídico que no es objeto de esta nota considerar, demostraba la preocupación que mujeres y hombres del Derecho le asignan a tamaña empresa.

Agustín Rodríguez Grellet manifestó reiteradamente ser coautor de la ley que durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner creó EANA, una empresa estatal que va en sentido contrario al moderno modelo que analizan y pretenden emular los países de mayor tradición aeronáutica del mundo. Más allá de este dato, que bien podría considerarse un juicio de valor, el desempeño del señor Rodríguez en su puesto de presidente de la empresa de marras ha dejado varios interrogantes que su jefe inmediato, el ministro de Transporte, debiera haber considerado antes de designarlo al frente de una misión institucional tan delicada como la de establecer la máxima norma de la aviación civil. Veamos algunos de ellos:

1) Durante la gestión de Rodríguez Grellet se cubrieron de manera discrecional posiciones directivas en EANA, es decir, sin que se instrumentaran concursos a pesar de ser política de la actual Administración el profesionalizar y jerarquizar la carrera de funcionario público. Esto es particularmente serio en una organización nueva y, por lo tanto, sin personal.

2) Se comenzó a gestionar la compra de aviones Challenger 601-3A que no eran necesarios o, en el mejor de los casos, resultaban inadecuados para las misiones de búsqueda y rescate o verificación de radioayudas que se esgrimían como la razón de la adquisición. Además, las aeronaves eran usadas y de onerosa puesta en servicio y mantenimiento[1].

3) Se contrataron–otra vez discrecionalmente– entre 6 y 8 pilotos que cobraron[2] más de 140.000 pesos mensuales sin que existieran aviones para volar.

4) Se habría contratado –o al menos recomendado su adjudicación directa– el entrenamiento en el exterior para por lo menos un piloto por la suma de USD 219.000[3].

5) Se firmó un convenio con la RMIT University de Australia para la capacitación en el idioma inglés, algo que claramente se podría haber realizado en el país tanto con instituciones privadas como con universidades nacionales.

6) No se comprende por qué –luego de tanto tiempo– EANA publicó recientemente una “Convocatoria (a) Capacitadores” para “sumar (…) responsables” de dictar a sus colegas de dependencia la actualización en fraseología aeronáutica normada en los idiomas español e inglés.

7) En casi dos años no se dio a conocer el balance de EANA (al mes de mayo la Sindicatura General de la Nación no lo había recibido. Sería muy necesario hacer ahora que está comenzando una nueva gestión en la empresa una auditoría integral).

8) No se avanzó en la organización de meteorología dentro de EANA, un área que por la ley de creación debería tener la “empresa”.

Los errores cometidos por el ex funcionario son sólo algunas muestras que permiten comprender el motivo de su alejamiento de la conducción de EANA, pero no la decisión ministerial del licenciado Guillermo Dietrich de ponerlo al frente de la coordinación de los estudios para modificar el cuerpo legal que estaría llamado a regir a la aviación civil por varios años.

Genera suspicacias también que Rodríguez Grellet, una persona largamente vinculada con la Fuerza Aérea Argentina, haya sido clave para la creación de EANA y se incorpore ahora a la comisión que propondría la renovación del Código Aeronáutico Argentino. La suspicacia no puede ser dejada de lado si se considera que los servicios de tránsito aéreo y navegación siempre han sido un objetivo apetecido por los militares aeronáuticos, y el Código podría ser la llave legal de una injerencia militar en la aviación civil bajo el siempre “rentable” argumento de la necesidad del más estricto control del espacio aéreo en bien de la seguridad, el combate del narcotráfico y otros crímenes transnacionales.

La comunidad aeronáutica civil, los legisladores nacionales y la opinión pública deberían vigilar los próximos movimientos en torno a este delicado asunto, ya que la razón de las decisiones que se tomaron no parece haber despertado la preocupación de nadie, aunque está claro que podría ser el origen de serias dificultades para todos.

 

[1] Al momento no se sabe si esa compra se ha cancelado o postergado o, si ese fuera el caso, el costo en que se incurrió hasta el momento en esa transacción. Algunas fuentes estiman que el Estado Nacional sumaría hasta el momento gastos por USD 4.000.000 en la operación.
[2] Al momento de la redacción de la presente nota se aseguraba que los pilotos serían cesanteados el 31 de agosto, lo que confirmaría la pésima decisión del ex presidente de EANA.
[3] La contratación figuraba en la página de EANA pero fue borrada. Al día de hoy no tenemos respuesta a la consulta sobre este tema. La página que brindaba la información es: https://www.eana.com.ar/media/1724/justificaci%C3%B3n.pdf. Sin embargo, según copia de documentación en nuestro poder, el Expediente Nº 3.000.100 (Tipo y Clase y Nº de Procedimiento: Contratación directa por Excepción Nº79/2018), hoja foliada 87, con la firma de un gerente de EANA, confirmaría por lo menos la intención de realizar esta contratación.
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