Tamburelli comienza a conectar

Decisiones en ANAC • Por Dr. Gustavo Marón*

La Administradora Nacional de Aviación Civil, Lic. Paola Tamburelli, parece haber comenzado a conectar con las necesidades de los usuarios, lo que merece mi reconocimiento y aplauso, muy al margen de las diferencias que nos separan y todos los pendientes que todavía resta concretar. Sus tres últimos pronunciamientos a favor de la práctica aerodeportiva, la instrucción de vuelo y las inspecciones de aeronavegabilidad permitirán reactivar progresivamente a numerosos explotadores aéreos severamente afectados por la peor crisis que recuerde la aviación argentina.

He sido muy crítico de la forma en que la Lic. Tamburelli haestado gestionando la ANAC desde el comienzo mismo de la pandemia, pero nobleza obliga a reconocer que sus tres últimas acciones han sido muy acertadas, por lo que corresponde que esta vez le lluevan los reconocimientos. Como dice el refrán, “a la hora de la espada hay que ser implacable y a la hora de la balanza hay que ser justo”.

Parece lejano aquel 22 de enero de 2020, cuando la Lic. Tamburelli fue designada al frente de la ANAC, 43 días después de la asunción del Dr. Alberto Fernández como nuevo Presidente de la Nación. La referencia temporal sería meramente anecdótica de no ser porque la ANAC se encontraba virtualmente paralizada desde el 27 de octubre de 2019, fecha en que se produjeron las elecciones presidenciales que pusieron fin a las aspiraciones de continuidad del ingeniero Mauricio Macri.

 

 

Desde entonces pasaron 87 días hasta la asunción de la Lic. Tamburelli, pero pasarían otros treinta días más hasta la designación del ingeniero Oscar Luis Donikian al frente de la Dirección Nacional de Seguridad Operacional (DNSO), la repartición funcionalmente más vinculada a los usuarios. Para cuando los cargos principales de la Autoridad Aeronáutica estuvieron cubiertos, inesperadamente sobrevino la pandemia de Coronavirus y el Poder Ejecutivo Nacional dispuso las primeras medidas de aislamiento social, preventivo y obligatorio. En este contexto, el 18 de marzo de 2020 el Ministerio de Transporte de la Nación ordenó la suspensión total “de los servicios de transporte aéreo de cabotaje comercial y de Aviación General” (Resolución N° 64/2020). A partir de ese momento la inmensa mayoría de los aeródromos del país entraron en hibernación.

Este no fue el único problema estructural que afectó a la comunidad aeronáutica, pues a la paralización pandémica se superpuso la fractura de diálogo entre la ANAC y el Consejo Asesor de Aviación Civil (CONAV) por meros malentendidos ya superados que no es preciso traer a cuento aquí. Lo concreto, lo bueno y relevante, es que de uno y otro lado primó la cordura, la sensatez, la responsabilidad institucional de los funcionarios (con Tamburelli a la cabeza) y la responsabilidad social de los representantes de las organizaciones aeronáuticas reunidas en el Consejo. De esta forma, se reactivó el diálogo, bajó la espuma y se encontraron rápidamente los puntos de consenso, que siempre son más numerosos y gravitantes que los disensos sencillamente porque la ANAC y los usuarios son dos caras de una misma moneda operativa.

 

 

El primer pronunciamiento de la Lic. Tamburelli que merece ser reconocido tuvo lugar el 22 de agosto de 2020, cuando hizo saber formalmente al Presidente de la Federación Argentina de Paracaidismo, Gustavo Reyes, que esa práctica deportiva podía ser llevada a cabo desde aeronaves en vuelo local y en aquellas zonas del país donde rige el distanciamiento social, preventivo y obligatorio, siempre conforme a los protocolos aprobados por la autoridad competente. Esta comunicación dirigida a la FAP fue ampliada a todas las entidades aerodeportivas del país a través de la Circular de Información Aeronáutica (AIC) A31/2020 emitida el mismo día. En provincias como Mendoza, que cuenta con su protocolo sanitario aeronáutico desde el 17 de mayo de 2020 (Decreto 620/20), la reanudación de la actividad deportiva fue automática, para satisfacción de pilotos, volovelistas y paracaidistas.

El segundo pronunciamiento de la Lic. Tamburelli que corresponde destacar lo constituye el Procedimiento Interno implementado en el ámbito de la DNSO para la ejecución de inspecciones durante el aislamiento derivado de la actual pandemia de COVID 19, vigente a partir del 25 de agosto de 2020 (IF-2020-56133038-APN-DNSO#ANAC). Aunque este instructivo no lleva su firma, es obvio que fue implementado con su aprobación, lo que merece ser reconocido. El documento tiene alcance a las inspecciones de conformidad y pruebas de productos, inspecciones de vigilancia y/o aprobación de explotadores y de sus aeronaves, inspecciones de conformidad de producción y diseños, inspecciones por certificación de aeronavegabilidad, e inspecciones por herramientas y equipamiento asociadas con las certificaciones que emiten las diferentes direcciones de la DNSO.

El tercer pronunciamiento de la Lic. Tamburelli que debe ser aplaudido tuvo lugar el 31 de agosto de 2020 y llegó a través de la Resolución ANAC N° 238/2020, conforme a la cual se autorizó expresamente la actividad de vuelo en todos los Centros de Instrucción de Aeronáutica Civil del país certificados bajo la Parte 141 de las Regulaciones Argentinas de Aviación Civil (RAAC), así como en las entidades aerodeportivas que brindan instrucción conforme a la Parte 61 de las RAAC. Para ello sólo deben contar con el protocolo sanitario aprobado de conformidad con lo previsto por el Decreto de Necesidad y Urgencia N° 714/2020. La decisión produjo la descompresión de innumerables escuelas de vuelo que hasta el momento se encontraban asfixiadas operativa y económicamente por la falta de actividad. Sus instructores y alumnos-piloto podrán retomar las rutinas de formación en esta primavera que está llegando, siempre en un adecuado contexto de cuidado sanitario.

El crédito de todos estos éxitos merece ser compartido, pues las gestiones que los permitieron estuvieron a cargo de los Ingenieros Oscar Donikian y Paolo Marino (por la DNSO) y del Dr. Horacio Martín Pratto Chiarella (por el CONAV). Quiera Dios que la ANAC y el CONAV perseveren en la actual senda de concordia, diálogo y consenso, única forma de terminar con los estragos de esta crisis. El próximo objetivo común para ambas organizaciones claramente debería ser la reactivación de la Aviación General.

 

*Gustavo Marón es abogado, profesor universitario, escritor y experto en varias áreas de la aviación. Actualmente asesora a entidades y empresas del sector productivo de la aviación civil.
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3 Comentarios
  1. Roberto Esteban Crosetti dice

    Muy buena la nota por la información clara y concreta.

    ¿Tienen alguna información sobre lo que se comenta del comienzo de los vuelos de cabotaje y internacionales desde el 1ro de octubre?

  2. Pablo Loubet dice

    Gustavo Maron afirma que las Escuelas están autorizadas a dar instrucción, pero en la zona del AMBA no se autoriza Por favor, podrían aclarar este punto? gracias

  3. Gustavo Eduardo Reyes dice

    Muy correcta tu nota y espero que esta apertura sea el primer paso para el trabajo conjunto entre ANAC y las actividades Aerodeportivas, es imposible pensar un aerdeporte alejado del trabajo conjunto de la Autoridad regulatoria y las entidades que nuclean y representan a los aerodeportes. Este ha sido un firme primer paso y esperamos seguir avanzando para tener la aviación deportiva que necesitamos.

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