¿La hora de la aviación general?

Por Arq. Pablo Luciano Potenze

Un Grand Caravan en pleno despegue. Foto: Textron Aviation.

La aviación no es un objeto o servicio de lujo. Nos hemos cansado de decirlo, pero lo cierto es que hasta la aparición de las low cost no convencimos a nadie. Si tienen alguna duda, consulten las fotos del interior de los jets privados, que cada tanto salen en los medios, o los avisos de las revistas de a bordo de las líneas aéreas del mundo. Si eso no es lujo, ¿El lujo dónde está?

Los que estamos en el ambiente sabemos que eso es sólo una parte de la realidad, pero es lo que se ve y —reconozcámoslo— ése es el público que puede pagarla. La aviación se orientó hacia el lujo porque era el sector rentable.

Adicionalmente digamos que todos los proyectos de líneas aéreas de tercer nivel de la Argentina fracasaron, los aeroclubes no pueden sostenerse, y el transporte de carga siempre fue un negocio de ocasión. Son indicadores claros aunque, por otro lado, hay sectores prósperos como la aeroaplicación y algunos servicios para la aviación.

Pero un día llegó el COVID19, y la aviación de transporte se redujo a su mínima expresión. No sabemos cuánto durará esto, pero todo parece indicar que deberemos sufrirlo bastante tiempo, y que la salida no será un regreso automático a la condición anterior.

Hasta la llegada del virus el sistema de cargas aéreas en la Argentina era absolutamente subsidiario del transporte de pasajeros. Sencillamente, no había ningún avión carguero puro con matrícula argentina (admitamos sin falso orgullo que no hacía falta), y la carga aérea viajaba en bodegas disponibles en aviones de pasajeros. No tiene nada de raro, en todo el mundo era aproximadamente así.

Esas mercancías, siguiendo la teoría más ortodoxa de la carga aérea, eran objetos de mucho valor y poco peso y volumen, medicinas, valores, dinero en efectivo, repuestos industriales, equipos electrónicos y cosas por el estilo que, aunque el país esté parado, deberán seguir transportándose, al igual que deberá seguir habiendo un flujo, mínimo, de pasajeros.

Pero este nuevo tipo de demanda, que se ha generado como consecuencia del virus, no puede hacerse con aviones de 96 asientos o más, que es lo que tienen nuestras aerolíneas, requiere algo más chico, que tenga costos relacionados con el volumen del tráfico que se viene.

Entonces hay que actuar, en el marco de una emergencia nacional, con lo que hay. En tiempos lejanos había una Secretaría de Aeronáutica, con capacidad de atender demandas de estas características con su flota de Doves o, más cerca en el tiempo, hubo empresas (bastante mal gerenciadas, aceptémoslo), que fueron capaces de operar vuelos con máquinas de hasta diecinueve asientos, pero eso es historia, hoy hay que barajar y dar de nuevo.

Y lo único que hay para atender esta nueva demanda son los aviones de la aviación general. De acuerdo que no son lo más adecuado, pero son lo posible.

Y lo único que hay para atender esta nueva demanda son los aviones de la aviación general. De acuerdo que no son lo más adecuado, pero son lo posible. Es una situación como la del cerco de Berlín y el puente aéreo que se hizo en 1948/49, en el que fueron convocados todos los aviones capaces de transportar algo. Fue una emergencia, que fue atacada como se atacan las emergencias, apelando a toda la capacidad disponible.

Si se adopta este parecer, habrá que revisar la normativa, sin caer en la improvisación. No todos tienen CESA, quizás porque no lo necesitan, pero también es cierto que no todos están en condiciones de poder tramitarlo. Allí se notará la verdadera capacidad de la ANAC y su verdadero conocimiento de la materia. También habrá que pensar cómo se pagará todo esto porque estas cosas se pagan, aunque se presenten como actos patrióticos. Llevando las cosas al límite, los vuelos humanitarios de Aerolíneas Argentinas se pagan con los subsidios a la empresa.

En síntesis: Hay una nueva demanda en la Argentina, y sólo la aviación general está en condiciones de atenderla. Será tarea de sus dirigentes —privados y estatales— encontrar el modo de que esta demanda sea satisfecha y, sobre todo, que sirva para algo a futuro y no se convierta en un nuevo negocio de ocasión.

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1 comentario
  1. GUSTAVO DE IBARRA dice

    Es la oportunidad para que la sociedad sepa de la existencia de la Aviación, más allá de una Línea Aérea.
    El común de la gente no sabe ni tiene idea de la existencia de los Aeroclubes.
    Yo siempre estaré muy agradecido ya que como digo siempre “”soy nacido y criado en un Aeroclub””
    Gracias a el y al esfuerzo de mi familia y míos hoy soy Piloto.

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