Lo que dijo la FAA, lo que dicen otras agencias y evitar politizar la desgracia.

El comunicado de la Federal Aviation Administration (FAA) y otras decisiones • Por Luis Alberto Franco (Lectura 5:45)

El 737MAX despega en Renton Field. Foto: Matthew Thompson/Boeing

El 18 de noviembre, la página web de la FAA informaba el camino para que el Boeing 737 MAX vuelva al servicio comercial.

“El administrador de la FAA, Steve Dickson, firmó hoy una orden que allana el camino para que el Boeing 737 MAX vuelva al servicio comercial. La decisión del administrador Dickson es el resultado de un proceso de revisión de seguridad completo y metódico que demoró 20 meses en ejecutarse. Durante ese tiempo, los funcionarios de la FAA trabajaron diligentemente para identificar y abordar los problemas de seguridad que jugaron un papel en la trágica pérdida de 346 vidas a bordo del vuelo 610 de Lion Air y el vuelo 302 de Ethiopian Airlines. Durante un proceso transparente, cooperamos estrechamente con nuestras contrapartes extranjeras en todos los aspectos para la vuelta al servicio. Además, el administrador Dickson tomó personalmente la recomendación de entrenamiento de los pilotos y él mismo piloteó un Boeing 737 MAX, para experimentar de primera mano el comportamiento de la aeronave”, dice el comunicado oficial de la FAA.

 

 

A la cancelación de la orden que dejó en tierra a la aeronave siguió una “Directiva de Aeronavegabilidad” que especificó los cambios de diseño que deben realizarse antes de que el avión regrese al servicio activo. La agencia también publicó una “Notificación de Aeronavegabilidad Continua” a la comunidad internacional (aviso a propietarios y operadores de aeronaves certificadas que informa sobre una deficiencia específica en un determinado modelo) y los requisitos de entrenamiento que deberán cumplir los tripulantes de la aeronave. Estas decisiones adicionales no permiten en los hechos que los MAX retomen el vuelo comercial de manera inmediata, ya que la FAA deberá aprobar los programas de entrenamiento de cada uno de los operadores de los MAX. Lo que en definitiva dice la información desagregada de la cancelación de la orden que detenía el modelo más moderno de 737 de Boeing, es que la autoridad aeronáutica conservará la última decisión y emitirá los certificados correspondientes de aeronavegabilidad y exportación de todos los aviones que se fabricaron desde la dramática orden que los dejó sin volar.

A lo anterior debe sumarse que las aerolíneas que tienen sus aviones estacionados deben realizar el mantenimiento necesario y prepararlos adecuadamente para que queden en condiciones de volar, algo que va de suyo, sucede con cualquier avión que se ha vencido o ha sido cuestionado técnicamente en materia de seguridad.

 

 

El despacho de prensa de la legendaria agencia aeronáutica de los Estados Unidos dice también: “El diseño y la certificación de esta aeronave incluyeron un nivel sin precedentes de revisiones colaborativas e independientes por parte de las autoridades de aviación de todo el mundo. Esas agencias reguladoras indicaron que los cambios de diseño de Boeing, las modificaciones en los procedimientos de operación y las mejoras en la capacitación, darán a las autoridades aeronáuticas convocadas la confianza necesaria para validar la aeronave como segura para volar en sus respectivos países y regiones”.

La FAA se comprometió seguir con el trabajo colaborativo con las agencias de aviación civil extranjeras para considerar cualquier mejora adicional que se deba aplicar a la operación de la aeronave y aseguró, que continuará con la supervisión rigurosa de todos los aspectos de seguridad del avión como lo suele hacer con toda la flota comercial de los Estados Unidos.

A pesar de la actitud aperturista y participativa que introdujo la FAA respecto de los MAX, alguna información de agencias de noticias indicaron que los reguladores de diversas naciones demorarán más la aprobación de los modelos 737 MAX.

 

 

Si bien la Federal Aviation Administration fue cuestionada por su rol en el proceso de certificación original, e incluso actualmente es investigada por la Justicia y comisiones del Congreso de los Estados Unidos, todo el minucioso trámite llevado a cabo para la recertificación del avión de Boeing merece un cierto crédito al que, como se ha dicho, se le agrega la participación de actores de seguridad externos, las agencias de otros países, a las que se le brindó todo tipo de información sobre las pruebas de la aeronave. Por consiguiente sería poco razonable que, cumplidas las directivas de la FAA no se permitiera que el avión vuele en todas partes.

Por el bien de la aviación se debería ser cautelosos para no politizar un tema tan sensible como la certificación de un avión tan probado porque, después de todo, los aviones no han sido ni son perfectos, pero sí suelen ser extraordinarias maravillas creadas por hombres vulnerables.

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