Aerolíneas y selección natural

Sobrevive quien está dispuesto a cambiar • Por Luis Alberto Franco

TWA y PAN AM, símbolos de la dinámica en la historia de las líneas aéreas.

Entre marzo y mayo de este año las aerolíneas asumieron que la crisis sanitaria a partir del COVID-19 sería la más aguda de la historia, lo que pocos pudieron estimar es cuán prolongada sería. Hoy mismo no hay un pronóstico sobre el turning point (cambio de tendencia) que permita pensar que lo peor ha pasado y que con esfuerzo se irá creciendo hasta alcanzar la actividad que la industria aeronáutica en su conjunto tenía en 2019.

Las compañías aéreas de los Estados Unidos estiman que a partir del 1º de octubre se profundizará un ajuste en los puestos de trabajo que podría alcanzar a 35.000 personas que, sumadas a toda la actividad y los anteriores recortes, llevarían el número de trabajadores parados a cientos de miles de trabajadores.

En el Congreso de la Unión se discute un segundo paquete de ayuda, pero la resistencia a seguir inyectando dinero en la economía aumenta tanto en demócratas como en republicanos.

El director ejecutivo de United Airlines, Scott Kirby, dijo hace unos días: “Lo que hizo en marzo el Gobierno y el Congreso fue un esfuerzo notable para salvar la economía y la aviación de Estados Unidos”. En el caso de United, se trató de evitar el despido de 79.000 personas con un aporte de $ 5 mil millones de dólares. Pero ahora el ejecutivo observa que la ayuda se tarda dado que la crisis se prolonga sin fecha cierta de recuperación.

El paquete de ayuda dentro de la conocida Cares Act imponía que para recibir ayuda las compañías se comprometieran en no despedir personal hasta octubre, fecha en la que se suponía el problema sanitario se habría superado, sin embargo las cifras de los pasajeros que volaron dentro de los Estados Unidos en las últimas semanas, apenas se aproximó al tercio de lo que solía transportarse por vía aérea antes de la pandemia.

Los trabajadores y las empresas han realizado un enorme esfuerzo. Miles de empleados se han adaptado a la situación aceptando licencias, retiros, reducciones de salarios u otras modalidades que diseñaron las compañías para sobrellevar las pérdidas que suman decenas de millones de dólares por día en cada una de las empresas.

Aviones de LATAM esperan la reactivación.

Los empresarios genuinos no quieren perder empleados cuya capacitación y experiencia costó mucha inversión, pero tampoco pueden afrontar erogaciones indefinidamente, los recursos no pueden estirarse.

En Estados Unidos y otros países el sector estatal está trabajando codo a codo con los empresarios para incentivar los viajes con medidas sanitarias que brinden seguridades a los pasajeros. Se sabe que no será posible garantizar la eliminación total del riesgo de contagio, pero sí brindar un alto nivel de seguridad en todo el sistema.

Del otro lado del océano la crisis no es menor. El período de vacaciones ha quedado atrás y lo que fue una ínfima mejora en la cantidad de pasajeros volvió a caer. Empresas como Lufthansa están considerando avanzar a una tercera fase de ajustes que permitan reducir las pérdidas.

Las medidas que tomaría la legendaria aerolínea alemana ahora se basarían en proyecciones que se alejan las expectativas de recuperación que rondaban el 50% de la actividad respecto de 2019, a un número menor que estaría entre el 20 y 30%.

Información publicada por Lufthansa señala que la planificación financiera revisada pretende reducir las salidas de efectivo mediante una estricta gestión de costos que debería ser de unos 500 millones de euros al mes a una media de 400 millones. Los sectores que afectarán las decisiones de ajuste son los de flota, oficinas alrededor del mundo, la suspensión de los cursos de formación de pilotos y la reducción de personal, pero esta última decisión sería consensuada con los gremios.

En todas partes se están flexibilizando tarifas y despenalizando los cambios de pasajes. Esto busca incentivar las decisiones de potenciales pasajeros, pero también cierra una fuente de ingresos que en algunos casos alcanzaba cientos de millones de dólares. United fue una de las precursoras en materia de flexibilización lo cual presionó a otras compañías a seguir su política comercial.

Darwinismo empresario

Charles Darwin dijo: “No sobrevive el más fuerte ni tampoco el más inteligente, sino aquel que mejor se adapta al cambio”. El aporte del naturista británico se utiliza frecuentemente para entender algunos de los procesos de mercado.

Recientemente, un estudio de Truth Central indicó que el 50% de la población cree que la pandemia cambiará el mundo para siempre. Truth Central es la unidad de inteligencia de consumidores de McCann Worldgroup y el objetivo de la investigación era comprender actitudes y comportamientos en el mercado a nivel global. Los cambios son evidentes, está aumentando la conciencia del otro, se están estableciendo distancias y aumentando la conexión como nunca antes, las listas de prioridades están cambiando y emergen nuevos hábitos. El corto plazo domina la escena pero las empresas están tratando de aprender y exploran nuevas formas de desarrollar capacidades para sobrevivir y hasta prevalecer. A Darwin se lo puede cuestionar pero su teoría de selección natural es un marco teórico importante para obtener respuestas o, mejor dicho, trazar planes de acción.En este contexto, las organizaciones más flexibles serán las que mejor se adapten a lo que viene cualquiera sea ese porvenir.

Antes que la pandemia estallara en el mundo, Alitalia se resistía a la modernidad.

Las empresas estatales no serán la respuesta que prevalecerá en el futuro. Podrá intentarse regresar a mediados del siglo pasado pero no permanecer allí, el pasado no regresará. Lo que se viene es creativo, innovador y dinámico, ningún análisis serio hará lugar a la nostalgia. La crisis está signada por recursos agotados, la liquidez global es una bomba de tiempo a desactivar y el dinero no puede fluir permanentemente sin que se paguen las consecuencias inflacionarias que podrían sobrevenir.

Las aerolíneas estarán obligadas a adaptarse a situaciones que están en desarrollo y, como ya se ha dicho en este portal, la fisonomía del mercado aeronáutico cambiará.

La cooperación público-privada, si acaso pudiera aportar algo, debería centrarse en volver a la actividad cuanto antes. Los estados deberán postergar limitaciones injustificables a la industria, se tendrán que fijar prioridades y tomar decisiones en base a certezas sin ceder a presiones de dudosa base científica como la de los grupos que buscan restricciones al transporte aéreo.

El futuro es desafiante y hay que salir de los frenos que se han puesto sobre la actividad productiva. La aviación en todas sus actividades ha demostrado un esfuerzo extraordinario por superar su eficiencia, no es momento para estar parados ni para mirar demasiado hacia atrás. ¡El futuro siempre está adelante!

 

© Aeromarket. Reproducción autorizada citando fuente.

 

Te interesará

Comentarios

Su dirección de correo electrónico no será publicada.

AeroMarket - Noticias Aeronáuticas e Interés General. Copyright © 2018 Todos los Derechos Reservados.
Quiénes Somos       Contacto

Diseño y Desarrollo Web - Emiliano Gioia