La concepción de grandes aeronaves para el transporte de personas siempre tuvo un flanco vulnerable: La capacidad de los aeropuertos, especialmente de las terminales aéreas para la recepción de grandes contingentes humanos.
Aunque la causa del impedimento para que el A380 opere en Brasil no es la terminal en sí, la autoridad aeronáutica del Brasil ha determinado que la aeronave no podrá operar en San Pablo, la ciudad con el mayor aeropuerto del país, por tener pistas demasiado estrechas para el avión.
Air France fue la primera aerolínea en solicitar permiso para volar a Sao Paulo con el superjumbo A380 de Airbus y la primera en recibir la mala noticia de que técnicamente, al decir de la autoridad aeronáutica de ese país, es riesgoso por el ancho de pista disponible.
Este invierno, se desarrollará en Brasil el Mundial de Futbol y, en 2016, los Juegos Olímpicos, por lo que el A380 resulta estratégico para las rutas de gran capacidad. De hecho, Air France había detectado la punta de demanda desde Europa y había pedido los permisos necesarios para volar con el superjumbo. Este viernes, la compañía gala recibió la respuesta negativa.
La situación en Brasil contrasta con la rápida adaptación de otros aeródromos, que empezaron a preparase incluso cuando el A380 era un mero dibujo técnico. Ese es el caso del Aeropuerto de Barcelona-El Prat y del de Madrid-Barajas. Las nuevas terminales y pistas se construyeron con los requerimientos técnicos difundidos por Airbus mucho antes de que el primer prototipo alzara el vuelo.
En todo el mundo operan 123 superjumbos, siendo Emirates la aerolínea con más unidades.
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