Daniel Mauriño es un experto argentino en aviación civil. Ha sido autor de decenas de obras sobre seguridad de vuelo y factores humanos. Se desempeñó en la OACI por 21 años, organización en la que ocupó varios cargos ejecutivos de relevancia entre los cuales se destacan el haber sido coordinador del Programa de Seguridad de Vuelo y Factores Humanos; también fue gestor del proyecto de la OACI para implantación de la gestión de la seguridad operacional, y finalmente como jefe de la Sección Integrated Safety Management (ISM), de la cual fue fundador. También fue piloto por 14 años en Aerolíneas Argentinas, donde además se desempeñó en cargos de instrucción en simuladores y en vuelo. También fue parte de la conducción de la aerolínea estatal en la cual fue jefe del departamento de instrucción de vuelo.
Su currículum es extenso e importante. Como autor ha publicado decenas de trabajos y algunas de sus obras fueron traducidas a varios idiomas incluido el chino.
Luego de su retiro de la OACI cumplió funciones como asesor de seguridad operacional de la Oficina de Cooperación Técnica, puesto desde el que gestionó proyectos de asesoramiento para la Agencia Española de Seguridad Aérea (AESA), la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC-Argentina), y a la Dirección General de Aviación Civil (DGAC) del Perú, para la implantación de sus respectivos SSP. También asesoró a la entonces Junta de Investigación de Accidentes de Aviación Civil (JIAAC) de la Argentina en temas de análisis de accidentes y gestión de información de seguridad operacional, y en la definición de una iniciativa para su transformación en agencia multimodal, un proceso que culminó con la transformación de la JIAAC en la Junta de Seguridad en el Transporte (JST) en 2020.
Desde 2012 es integrante de un proyecto de la Federal Transit Administration (FTA) de los Estados Unidos para la aplicación de SMS al transporte urbano de superficie y subterráneo en los Estados Unidos. Como parte de ese proyecto ha participado en las pruebas piloto para la puesta en marcha de SMS para dos de las agencias de tránsito más importantes de Estados Unidos: Chicago y Atlanta.
Este notable profesional argentino acaba de publicar el libro “Seguridad en el Transporte: La gestión de la seguridad como función empresarial”. AEROMARKET conversó con Mauriño sobre esta nueva obra.
ARMKT — ¿Qué nos presenta en este nuevo libro?
— Hacia mediados de 2014, cuando Pamela Suárez presidía la entonces Junta de Investigación de Accidentes de Aviación Civil (JIAAC), solicitó a la OACI mi participación en apoyo a un proyecto que tenía dos objetivos: preparar el terreno para la eventual transformación de la JIAAC en una agencia multimodal de investigación de accidentes de transporte y optimizar los procesos internos de la JIAAC como paso previo para la mejora del proceso de investigación de accidentes de aviación civil en Argentina.
El primer objetivo se logró el 28 de agosto de 2019 con la Ley 27514 que convirtió a la JIAAC en la Junta de Seguridad del Transporte (JST) asignándole competencias para la investigación de accidentes marítimos y de transporte terrestre además de aeronáuticos. En cuanto al segundo, hubo dos componentes de la optimización de los procesos internos de la JIAAC para la mejora del proceso de investigación de accidentes: uno fue la ampliación del hasta entonces excluyente accionar de la JIAAC, acotado a la investigación de accidentes de la mera actividad de colección y análisis de datos e información de seguridad, que comúnmente se conocen como “ingeniería de datos” o “minería de datos”; el otro fue un marcado énfasis institucional en lo que es el producto más importante de una agencia de seguridad, la calidad de las recomendaciones de seguridad operacional que resultan de las investigaciones y su seguimiento para verificar la implementación por los destinatarios. Estos dos temas fueron asignados a la Dirección de Control de Gestión y Desarrollo, por entonces a cargo de Juan Francisco Mangiameli.
El contacto estrecho y rutinario de Juan con la industria le permitió identificar nítidamente una situación de confusión en la comunidad de aviación civil –que de ninguna manera es privativa de la Argentina– respecto de la gestión de la seguridad operacional; por decirlo de manera simple, qué es y qué no es, es decir las diferencias entre la gestión de la seguridad como función empresarial y el viejo concepto de la prevención de accidentes. A 20 años de las primeras actividades de implementación de la noción de la gestión de la seguridad en aviación persiste la errónea creencia de que la gestión de la seguridad como función empresarial a través de SMS es la “versión Siglo 21” de la prevención de accidentes, lo que claramente es un concepto anticuado que sigue instalado. A partir de esta situación, Juan abrió un canal de contacto con los profesores Julián Bertranou y Carlos Leguizamón, del Instituto de Transporte de la Universidad Nacional de San Martín, para que apadrinaran un libro que ayudara a aclarar las confusiones existentes. Es así que surgió este libro que es una crónica de eventos, circunstancias y de sus resultados en las prácticas actuales de seguridad en el transporte. Sintéticamente, el libro es un texto escrito sin pasión ni prejuicio desde la posición de un observador neutral. Es un intento de contribuir a que se aclaren conceptos sobre la gestión de la seguridad como función del negocio en la industria del transporte.
—¿Cómo cree que su libro puede ayudar al ecosistema aeronáutico?
— A partir de las ya mencionadas confusiones sobre la naturaleza y los alcances de la gestión de la seguridad como función empresarial, el libro busca echar luz sobre conceptos que deben ser aclarados para optimizar los beneficios de una gestión actualizada y eficiente. La implementación de SMS como herramienta para poner en marcha las actividades de gestión de la seguridad como función empresarial demanda recursos (dinero). Si por las cuestiones de confusión ya mencionadas las empresas ponen en marcha un SMS bajo la perspectiva “prevención de accidentes siglo XXI”, estarán invirtiendo dinero de más en actividades redundantes. Como se puede ver, si bien lo conceptual es importantísimo, hay consideraciones eminentemente prácticas relacionadas con el uso juicioso de recursos, dicho de modo empresarial, se busca evitar el despilfarro.
Estos temas sirven a todos, porque la información también es de ayuda para los pilotos y al personal operativo en general. Desde esta perspectiva, la lectura del libro aportará al bagaje individual de conocimientos que hacen al profesional. Pero quienes más deberían beneficiarse de los aportes que hace el libro son los directivos de las empresas, por ejemplo, las escuelas de vuelo y otras organizaciones de la aviación civil. La implementación correcta y actualizada de SMS contribuirá sin lugar a duda a asegurar la continuidad del negocio de manera más eficiente.
—¿Entonces las teorías del libro puedan ser implementadas en la aviación general, trabajo aéreo, en operaciones de 135 y no sólo en la aviación comercial regular?
— Suele decirse que no hay nada más práctico que una buena teoría. El libro toma nota de esta premisa, pero la modifica, presenta fundamentos conceptuales pero no teorías. No hay una sola propuesta en el libro que sea teórica. Todas las propuestas son concretas y han superado la prueba de fuego de su aplicación efectiva en la práctica operativa, fundamentalmente en el transporte aéreo y terrestre. El libro esquiva debates teóricos que pueden llegar al infinito, se basa en conceptos y nociones fundamentales a partir de los cuales propone una gestión de la seguridad empresarial bajados a tierra de la forma más operativa y práctica que los contenidos permiten.
Hecha esta aclaración, la propuesta del libro, que no está acotada a la industria de transporte aéreo sino al transporte en todas sus modalidades, es de inmediata aplicabilidad a la aviación comercial en todas sus fases: desde la operación al mantenimiento de aeronaves, de la operación de aeródromos a los servicios de rampa y la provisión de servicios de tránsito aéreo. Es también de aplicación a un escalón por debajo de la operación 121, para la operación 135, así como para las escuelas de vuelo. Y algo más, es una fuente de información sumamente útil para el resto de la aviación general y para el trabajo aéreo.
— ¿Este libro tiene conexión con otras publicaciones de esta temática?
— No hay escasez de literatura sobre la gestión de la seguridad operacional, especialmente en el transporte aéreo ya que hay exigencias establecidas en la normativa internacional. Lo que sucede es que todas las publicaciones, tanto de autores individuales como de organismos internacionales (OACI, IATA, EASA, etcétera.) han sido concebidas para el hemisferio norte y en inglés con enfoque a una problemática que no siempre es la de nuestros países. Además la información suelen ser herramientas SMS que no se fundamentan en la práctica ni en la noción de la gestión de la seguridad como función del negocio. Lo que se busca con esas publicaciones es dar una solución rápida y prefabricada a cuestiones relacionadas con la implementación de SMS para superar una situación de necesidad puntual. En el libro que presentamos, si bien hay una conexión con otras publicaciones en cuanto al tema genérico, tomamos una cierta distancia que permita una comprensión más cercana a la realidad de nuestra cultura. Nunca está de más recordar aquel proverbio chino que dice más o menos así: si se le da un pescado a una persona se la alimenta por un día; si se le enseña a pescar, se la alimenta por toda su vida. La ambición de este libro es ser práctico y llano, pretende enseñar a pescar. En cuanto al idioma, este libro es el primero sobre el tema redactado de origen en idioma español, es decir, respetando profundamente tanto las fortalezas como las debilidades culturales iberoamericanas: es una propuesta “nativa” para solucionar problemas “nativos”.
— ¿Seguirá escribiendo sobre estos temas?
— El proyecto de este libro se formalizó mediante un apretón de manos con los ya mencionados profesores del IT de UNSAM. Ambos fueron activos participantes en el desarrollo del libro, algo por lo que les estaré eternamente agradecido. Recién cuando hubo un producto para mostrar se oficializó mi relación con UNSAM, mediante mi designación como profesor visitante Ad Honorem del Instituto del Transporte. Durante el transcurso de los numerosos intercambios durante la gestación del libro se barajó con los profesores la idea de una serie de libros sobre seguridad en el transporte. Luego de la oficialización de la relación se conversó con la editorial de UNSAM (UNSAM Edita) la factibilidad de extender el proyecto a una serie de cuatro libros. El segundo libro de la serie, sobre investigación de accidentes en el transporte está bastante avanzado y estará listo para iniciar el proceso editorial a mediados de este año. Los otros dos libros tienen tema tentativo asignado, pero por ahora, no pasan de ser hipótesis de trabajo, por lo cual no es conveniente entrar en detalle.
— ¿Qué mensaje quisiera dejarle al sector aeronáutico?
Este libro propone un plan de vuelo para el cambio. La aviación (y el transporte en general) es una industria conservadora y reacia al cambio. Esto es por buenos motivos. Pero si hay una constante en el mundo contemporáneo es el cambio. Hay cambios revolucionarios, y hay cambios evolucionarios, producto de un cuidadoso paso a paso. La historia de la aviación es incuestionable: los cambios que elevaron a la industria al estatus de industria ultrasegura fueron cambios evolucionarios. Los cambios revolucionarios desembocaron – sin excepción – en catástrofe.
Pero de últimas, el cambio es esencial para la supervivencia eficaz y eficiente del transporte aéreo. En tanto y en cuanto el cambio sea evolucionario, estamos por buen camino! Por ello, mi mensaje de despedida es tan breve como directo: apoyemos el cambio, porque repetir más de lo mismo con más intensidad rara vez es solución para sustentar el progreso.
