El crecimiento de la aviación de negocios podría ser más que una mera tendencia para convertirse en un robusto y prolongado ciclo positivo de demanda de servicios aéreos corporativos. Esto se observa en los Estados Unidos, donde esta realidad no sólo llama la atención de los analistas especializados en el sector, sino de los medios como The Wall Street Journal, que se ha hecho eco de la predisposición de las empresas a utilizar jets privados para que sus ejecutivos salgan a hacer negocios por todas partes a bordo de aviones contratados al efecto.
Durante los picos del COVID-19, la aviación privada experimentó un crecimiento gracias a los viajes por vacaciones o razones personales de las familias con mayor capacidad económica, que comenzaron a considerar una posibilidad que nunca se les habría ocurrido: alquilar un avión privado. Esa novedosa tendencia parece haber llevado al incremento de la demanda en el segmento de jets livianos por una combinación de seguridad sanitaria, presupuestos, cantidad de plazas necesarias y la posibilidad de utilizar aeródromos más pequeños y ágiles cercanos al destino al que deseaban llegar los pasajeros.
Entre los aviones ligeros y medianos demandados, se destacan aeronaves como el Citation Mustang, el Phenom 100 y, entre otros, el sofisticado HondaJet, pero es de destacar la atracción del monoreactor CF50 Cirrus Vision, un avión de cuatro plazas, que si bien es comparativamente más lento, resulta económico y presenta una cabina amplia que es sencilla de reconfigurar.
En ese contexto la reacción de las distintas empresas prestadoras de servicios aéreos ha sido la de flexibilizar su oferta con nuevos productos y atractivas combinaciones de tarifas.
La demanda de jets ligeros no ha dejado a la zaga a las aeronaves de mayor porte, alcance y velocidad, ya que varios prestadores también están ampliando flotas con aeronaves de mayor autonomía, capacidad y velocidad.
… los pasajeros que viajan en aviones exclusivos pasan un promedio del 63% de su tiempo a bordo trabajando, un 21% más que los empleados que vuelan en aerolíneas.
La pandemia ha llevado a todo el mundo, y muy especialmente a las empresas, a ponderar con cuidado cada movimiento y a pensar la mejor forma de hacer frente a los desafíos luego de semejante golpe global. Es en esa línea de reflexión que la aviación “personalizada” o de medida, que había crecido en forma constante hasta la crisis financiera de 2008 y transitaba un cierto estancamiento, ha tomado una relevancia interesante que atrae inversores y expansión.
Según un análisis de 2019 sobre las empresas del S&P 500, un 70% de ellas utilizaban aviones privados para los vuelos de su personal jerárquico y técnico. Un estudio de Nexa Advisors sobre las empresas Small Cap 600, mostró que los usuarios de aviación privada tuvieron un 23% de crecimiento sobre aquellas que utilizaban aerolíneas para movilizar a su personal. Los datos parecen probar que el avión exclusivo es una herramienta que mejora la productividad profesional. Otro estudio publicado por General Aviation Manufacturers Association (GAMA) indica que los pasajeros que viajan en aviones exclusivos pasan un promedio del 63% de su tiempo a bordo trabajando, un 21% más que los empleados que vuelan en aerolíneas.
Cifras globales
Una relevamiento más global señala que en la primera quincena de julio el movimiento de jets y turbohélices alcanzó los 177.000 vuelos, lo que representa un aumento del 40% interanual, lo cual es un 11% mayor a la actividad de viajes en aviones privados registrada en 2019, es decir antes del primer cimbronazo por el SARS-CoV-2.
Entre los países que muestran una actividad creciente están Australia, Brasil, China, India, Nigeria, Rusia y Turquía, siendo el caso chino el más pujante mercado en la actualidad.
El estudio, presentado por la consultora de “inteligencia comercial” con sede en Hamburgo WingX Advance GmbH, señaló que en los Estados Unidos la demanda para volar en aviones privados fue un 30% mayor en julio que en el mismo mes de 2019. En el caso de Europa, la cifra fue del 9% en el mismo período estudiado. Un dato a considerar, es que las aerolíneas comerciales que fueron medidas en julio, muestran que su actividad está un 44% por debajo de los registros de enero a julio de 2019.
En nuestro país se registró un interesante crecimiento de los vuelos privados al y desde el exterior, los mismos no se debieron a una mejora en la actividad productiva de las empresas, sino por la necesidad de los argentinos varados en el exterior que deseaban retornar al país. De cualquier modo, esa situación “artificial” sirve para valorizar la actividad privada. También se percibe una demanda de aviones monomotores o bimotores pequeños de 4/6 pasajeros, como el Piper Mirage, el Cirrus S22, o similares, que de alguna manera están abriendo el mercado al demostrar que viajar en avión privado es una opción a considerar. Está claro que en nuestro país la burocracia –sea por desidia o conveniencia– hacen del medio aéreo un fárrago de obstáculos desalentador, a lo que se suman las limitaciones del monopolio artificial Aeropuertos Argentina 2000 que hace lo que quiere en el vital Aeropuerto Internacional San Fernando
, donde ni siquiera hay lugar para estacionar.
Desde aeródromos menos visibles también se realizan más vuelos domésticos particulares (o similares), va de suyo que esas operaciones son por su naturaleza más sencillas.
La reconfiguración de la aviación en pandemia exige estar muy atentos porque la dinámica de los acontecimientos es intensa y lo que hace pocos meses parecía ser una crisis insuperable está mudando inesperadamente a una situación positiva. Hoy, con la expansión de nichos de mercado y ajustes en los modelos de negocios, no caben dudas de que habrá más novedades por delante y que las oportunidades, al menos en las naciones racionales, significarán estimulante progreso y nuevos desafíos a considerar.