¿Susto de Airbus?

Sensores a reemplazar

Deberá reemplazar sondas

Tal vez algunos se habrán puesto nerviosos en Airbus y en la Agencia de Seguridad Aérea Europea (EASA) cuando el avión de Germanwings se estrelló en Los Pirineos, al sospechar que el desastre podría haber sido causado por un desperfecto que generó al menos un incidente anterior. El antecedente que seguramente cruzó por algunas mentes fue el de un avión de Lufthansa que, en un vuelo similar al que realizaba Germanwings, el 5 de noviembre de 2014, sufrió el engelamiento de dos sensores de ángulo de ataque y la consecuente falla de lectura por parte de los ordenadores de abordo. El incidente fue publicado por la Bundesstelle für Flugunfalluntersuchung (BFU), la Oficina Federal Alemana de Investigación de Accidentes Aéreos, justo el 24 de marzo, es decir el día en que el vuelo 4U9525 era estrellado, luego de un brusco descenso, por un piloto desquiciado.

Los aviones eran de la misma familia, uno, el de Germanwings, un A320; el otro, un A321-200. Ambos, sufrieron abruptos descensos pero por motivos diferentes. El avión de Lufthansa, que había despegado a las 08:30, del 5 de noviembre, de Bilbao, España, había alcanzado su altitud de crucero a los 31.000 pies cuando, sin que nada lo permitiera anticipar y con el piloto automático conectado, comenzó un descenso a una razón de 4.000 pies por minuto. El problema fue muy serio, pero la tripulación logró controlar la aeronave en pocos minutos para estabilizarla a 28.000 pies y continuar con el vuelo a Múnich donde aterrizaría unas dos horas más tarde. La Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA), calificó el incidente como muy grave.

La investigación del caso de Lufthansa reveló que dos de las tres sondas que envían información con datos del ángulo de ataque (posición relativa de las alas respecto al aire, factor clave para determinar la sustentación del aparato) a la computadora del avión era errónea porque se habían congelado a poco de despegar de Bilbao, lo cual llevó al piloto automático a buscar una actitud de descenso que corregía la falsa señal que recibía.

El percance también tenía otro antecedente en el A330 de Air France que se accidentó trágicamente en el océano Atlántico, el 1º de junio de 2009, con el costo de las 228 vidas abordo.

Ahora, la Agencia de Seguridad Aérea Europea ha llegado a una resolución respecto del incidente de Lufthansa: Airbus debe cambiar las sondas de ángulo de ataque a por lo menos 3.000 aviones de la familia A320 y más de 700 A330 y A340, un número realmente significativo.

Es cierto que para Airbus este sería el “primer incidente en 80 millones de vuelos”, tal como lo expresó un portavoz de la compañía amanera de descargo, pero el susto cuando el alienado Andrea Lubitz decidió suicidarse y asesinar a quienes estaban abordo del Airbus A320 de Germanwings fue mayúsculo para aquellos que contaban con la información de lo que había pasado aquel noviembre de 2014.

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